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Agosto de 1693 (1). Cuando la armada francesa, compuesta de noventa y tres bajeles y tres balandras llegó delante de Barcelona el 12 de dicho mes y año, al mando Mr. de Torvila, envió este á las cinco de la tarde al Gobernador un trompeta en una falua diciendo, que en todas las plazas de las costas de España le habian rega

(1) En tiempos remotos, para administrar justicia en Cataluña, se juutaba un número de prohombres (promens ó prohomens) que daban su consejo, y el Conde, ó en su nombre el juez de Córte, pronunciaba las sentencias. La existencia de estos consejos consta ya por un juicio ce lebrado en Barcelona en 28 de Marzo del año 990 por Borrell, Conde de Urgel, y otro en Tarrasa, año 1017, en tiempo de Raimundo Borrell I, pudiendo asegurarse, que duró hasta esta época, cuando menos, aquella forma de administrar justicia. De estos consejos verdaderos jurados, vinieron á tomar los Concellers su existencia, mejor dicho, su restablecimiento. Así vemos que en las Córtes de Barcelona celebradas en el año de 1233, el Rey D. Pedro II, confirmó la existencia de los Concellers, donde era costumbre que los hubiese (constitutions y altres drets de Cathalonia, lib. 1., tit. 55, pág. 434).-No nos detendremos en manifestar las alteraciones que tuvo esta institucion; pero si diremos que en 1249 eran cuatro los Concellers, aumentándose el número á seis en el año 1260; volvió a reducirse á cuatro en 1565, y en 1574 se determinó que fuesen cinco. Los Concellers encabezaban el gran Municipio de la ciudad de Barcelona, ó el consejo llamado de Ciento.-La institucion de los Concellers, como era lógico, inspiró celos y desconfianza, y el deseo, si nó de suprimirla, al menos de modificarla. El privilegio concedido por D. Jaime II á Barcelona en 10 de las calendas de Febrero de 1319, dice: que no podía tolerarse el cumplimiento de las ordenaciones de los Concelleres y prohombres, sin perjuicio de la jurisdiccion Real, à no ser que se manifestasen documentos legitimos. Los Concelleres y prohombres probaron que pudieron formar las ordenanzas, y despues de examinarse plenamente todos los antecedentes y datos en el consejo del Rey, se declaró que los Concelleres que eran ó en lo sucesivo fuesen, y los prohombres de Barcelona, pudieran hacer perpétuamente y ordenar en la dicha ciudad y dentro de los límites sobrenombrados, bandos y ordenaciones, con penas pecuniarias y corporales, con mutilacion de miembros y muerte ó último splicio. (Ibid, lib. 1. tit. 42, cap. 1.o, pág. 58). Tal era la importancia de esta magistratura; mas llegaron ya por último los grandes acontecimientos de principios del siglo XVIII, y en ellos hubo de sucumbir la institucion de los Concellers.

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lado los gobernadores, y esperaba del de Barcelona el mismo agasajo. Participó el Gobernador el recado á la Duquesa de Medina-Sidonia y á los generales que se hallaban en la plaza, á los cuales llamó la Duquesa y fueron de sentir se debia dar gusto al general francés. Lo cierto es que no solo se llevó muy á mal semejante resolucion, sino que se manifestó enérgicamente á la Duquesa, que nuestra nacion solo enviaba regalos de balas á los enemigos. No obstante, en nombre del Gobernador de la plaza D. Antonio de Oms, participó el recado del francés à la ciudad, y habiendo llamado los Concelleres su junta, le respondieron por medio de Francisco de Tavernér y de D. Antonio Porau, «que el recado era dependiente de la militar política, y que el gobernador tomase la resolucion de mas crédito á las armas del Rey.» Á pesar de la fuerte oposicion de la ciudad, los regalos se enviaron al general enemigo con el mayor de la plaza.—-(Ibid. página 431, columna primera.) Llegando en 1697 el Duque de Vendosme con todo su ejército á Hestalrich, ocupo sin oposicion la plaza, quedando la guarnicion en poder de los franceses. El peligro en que estaba la provincia era inminente, lo cual representado al Rey por la ciudad de Barcelona, llegó órden de formar la Coronela de los gremios de la ciudad, que constaba de mas de cuatro mil hombres de infanteria; era su coronel el Conceller en Cap, ó cabeza de los Concelleres, Francisco de Tavernér, y teniente Coronel D. Antonio de Lanuza.-El 'mismo Conceller en Cap, Francisco de Tavernér, figura tambien notablemente en la defensa de la plaza de Barcelona. (Ibid. tomo, III, página 455, columna primera y segunda; 439, columna segunda; 442, columna primera; 444, columna segunda.)

Cuando en 3 de Noviembre de 1700 (Ibid., página

458) llegó á Barcelona el decreto nombrando el Rey al cardenal Portocarrero, Arzobispo de Toledo, Gobernador general de la monarquía, ofrecia algunas dificultades el cumplimiento de este decreto, segun las leyes de Cataluña, y habiendo representado el brazo militar á la ciudad y Diputacion atendiese á lo que se debia obrar, el dia 5 resolvió el Consejo de Ciento proseguir la conferencia que tenia abierta con los otros comunes. Añadiéronse sujetos, y se sustituyeron otros por los que estaban fuera de Barcelona, ó no concurrieron; entre los nombrados se halla el primero el Canónigo Felix Tavernér. Y en 20 de Diciembre del mismo año, (Ibid. página 465, culumna segunda) se vé á este sujeto, como representante del Consejo de los Ciento, instar para que se suspendiesen las festivas demostraciones por el advenimiento del nuevo monarca, y se remediase la novedad de la administracion de justicia. En 1702 (Ibid. página 504, columna segunda) entró, por ausencia del Canónigo D. Pedro Oliver, como mas antiguo por el brazo eclesiástico, á Juez de las Contravenciones, y prestó el juramento. En 1704, el 4 de Junio, (Ibid. página 522, columna primera) fué electo, tambien, Juez delegado del Breve el Canónigo Felix Taverner, y Veguer de Barcelona Francisco Mujalt de Berga.

Por no hacer demasiado difuso este trabajo, omitiremos la cita de otros muchos sujetos del mismo linage, que figuran de un modò notable en la historia por sus servicios al estado en distintas carreras. Concretándonos, pues, únicamente á nuestro objeto, que es la familia de Taverner de Palagret, diremos, que militares desde largos tiempos todos sus indivíduos se mostraron mas ganosos de adquirir nuevas glorias que de conservar las de sus antepasados, que fueron el firme cimiento de su

ilustre solar, de mas de ocho siglos de existencia, segun noticias, que se conservan en la familia, facilitados. ha muchos años por persona muy competente de aquel país. Sin querer penetrar en la oscuridad de las épocas remotas, oscuridad todavía mayor en Cataluña que en las otras provincias de España, por las muchas guerras, incendios de Archivos y devastaciones que desgraciadamente han tenido alli lugar en los pasados y presentes tiempos, y partiendo solo de lo positivo y claro, por constar de documentos, nos limitaremos à empezar esta genealogía en la forma siguiente:

I.

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La heredera (pubilla en catalan) de esta casa, rificó su matrimonio con D. Jaime Llach, de la montaña, hacendado del lugar de San Martin Vell, quien tomó el apellido y armas de Tavernér, gravámen muy usual en Cataluña y en otras partes al casarse con mayorazgas. De este enlace tuvieron un hijo.

D. Rafael Tavernér, que sigue.

II.

D. Rafael Tavernér, primero del nombre, natural de Salrrá, obispado de Gerona, en Cataluña, caballero noble de sangre y naturaleza, casó con doña Ana Mascarós, de muy antigua y acomodada familia del lugar de Bordiló. Hubieron por hijo á

D. Rafael Tavernér y Mascarós, que sigue.

III.

D. Rafael Tavernér y Mascarós, segundo del nombre, natural de Salrrá, contrajo matrimonio en la parroquial de dicho pueblo el 8 de Junio de 1678 con doña Cándida Sala, hija de D. Amerio Sala y de doña Maria Ángela Sala, propietarios en el pueblo de San Estévan de Guialvės. Dicha doña Maria Ángela, que segun la costumbre de Cataluña llevaba el apellido de su marido, procedia de la antigua casa de Texedor del lugar de Corts. Tuvieron por hijo de este matrimonio à D. Rafael Tavernér y Sala, que sigue.

Dicho D. Rafael Tavernér y Mascarós, segundo del nombre, celebró segundas nupcias con doña María Ángela Batlle.hija de D. Pedro Batlle y de doña Catalina su mujer, del lugar de Villadezens, y de estas segundas nupcias tuvo tres hijos: 1. Gerónimo; 2. Sixto; 3.° Francisco; y una hija llamada Maria.

IV.

D. Rafael Taverner y Sala, 3.° del nombre, nació en el expresado pueblo de Salrrá, y se bautizó en su iglesia parroquial el 6 de Julio de 1679. Fué heredero de la nobleza de sus ascendientes, como consta por una informacion de nobleza promovida y verificada en el Real Tribunal de la plaza de Gerona, en que se acredita su limpieza de sangre y nobleza, como descendiente legitimo. de la casa solar de Tavernér de Palagret, cuya informacion mereció el auto de aprobacion y decreto del señor

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