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doña Maria Francisca de Saboya, comendador del Casal, y de su segunda mujer doña Juana de Mendoza; y tuvieron por hijo y sucesor å D. Felix Machado Castro Silva y Orozco, tercer Marqués de Montevelo, Conde de Humares y señor de las mismas casas, de quien procedieron los demás y otras familias en el Reino de Portugal: 5.° doña Victoria de Orozco, monja en la Concepcion de la Ciudad de Mérida, como consta de la renuncia que hizo de sus legitimas en favor de su madre y hermano mayor, ante Juan Cano, escribano de la mismo ciudad el 30 de Octubre de 1626: 6.° doña Ana María de Orozco, sin sucesion: 7.o, doña Magdalena de Orozco, sin sucesion.

D. Francisco de Orozco y Ribera, hijo mayor de los referidos D. Rodrigo y doña Victoria Porcia, fué por muerte de sus padres segundo Marqués de Mortara; y la primera noticia que hallamos de sus servicios, es del dia 13 de Julio de 1633, en que la Magestad del señor D. Felipe IV le mandó pasar en su nombre à visitar al serenísimo duque de Orleans, y darle gracias por haber salido á campaña y honrado las armas de S. M. con su presencia y á suplicarle se volviese á Bruselas, libertándose del rigor del tiempo y de los infortunios de la guerra; mandándole asimismo al Marqués, pasase à visitar á la Reina Cristianísima y señora Infanta doña Isabel, que se hallaba en Bruselas, y tomase sus órdenes para ejecutar lo que le mandase y concluye S. M. espresando lo que el Marqués habia de hacer en esta embajada. Por la satisfaccion que tengo de vuestra persona y de que en todo lo que fuere de mi servicio cumplireis con vuestras obligaciones, como hasta aquí lo habeis hecho, etc. y me dareis cuenta de lo que os pasare, y se hubiere ofrecido en el discurso de vuestra jornada; y podreis quedaros á servir vuestro cargo, que yo tendré cuenta con vuestra persona y la memoria y estimacion

que es justo de este servicio y de los demás que me habeis hecho y espero de vos de aquí adelante. Cuya honra de semejante cargo es de notar, por hallarse el Marqués, cuando la recibió de muy corta edad, pero con crecidos servicios. Y continuando en ellos, se halló en el sitio de la Leocata, de donde salió herido; por lo que S. M. le honró con la carta del tenor siguiente: El Rey: Maestre de Campo, Marqués de Mortara, teniendo entendido de la manera que procedísteis en la ocasion de la Leocata, que salísteis herido en la cabeza de un mosquetazo, y el celo con que procurásteis encaminar lo que se pretendia, ha parecido daros gracias por ello, como lo hago, quedando con satisfaccion, que en todas las demás, en que os halláreis, hareis lo mismo, cumpliendo con vuestras obligaciones y con memorias del valor con que os portais, para haceros la merced que correspondiere à vuestros servicios y calidad. De Madrid á 8 de Noviembre de 1637. A cuya especial honra correspondió el Marqués con la respuesta siguiente: Señor: V. M. ha sido servido de mandarme escribir en carta de 8 del pasado, honrándome en decirme, que habia cumplido con mi obligacion en lo que se ofreció en la Leocata; yo procuraré continuarlo en todo lo que se ofreciere, como lo he hecho hasta aquí, ofreciendo mi vida hasta perderla en el Real servicio de V. M. cuya Católica y Real persona guarde Dios, como la cristiandad ha menester. Perpiñan á 3 de Diciembre, de 1637. Despues se halló en el sitio de Fuente-Rabia, donde se portó con el valor y esfuerzo que S. M. espresa en su carta de 15 de Setiembre de 1658, que empieza: El Rey: Marqués de Mortara, del mi Consejo de Guerra, tengo entendido el valor y esfuerzo, con que habeis procedido para el suceso tan feliz, que Nuestro Señor ha sido servido dar á mis armas, contra las que el enemigo tenia en el sitio de Fuente-Rabia, y que gran parte de él ha consistido en el

aliento con que habeis obrado; y habiéndoseme consultado sobre ello, he resuelto deciros, que la demostracion y acierto con que os habeis gobernado en esta ocasion, no solo ha sido conforme à vuestras obligaciones y á lo que de vos se debia esperar, sino á lo que habeis hecho en todas las que os habeis hallado de esta calidad, por lo que os doy muy particulares gracias; advirtiéndoos, que me ha sido tan agradable, cuanto no es posible sea mas la reputacion que han adquirido mis armas, en que vos habeis tenido tanta parte; y por los buenos efectos que han resultado y lo que los estimo, en especial por lo que vos habeis merecido, os he hecho merced de nom braros por mi Consejero de Guerra, y de 3000 ducados de ayuda de costa, y es sin duda que miruré siempre por vuestras mayores conveniencias adelantaros, á lo que procurais merecer en mi servicio. De Madrid, etc., Á la que el Marqués correspondió con esta: Señor: En carta de 15 V. M. me honra de manera, que vuelvo de nuevo á ofrecer mi vida hasta perderla en el Real servicio de V. M., y cuando solo atendia á procurar por mi parte con mis pocas fuerzas y buen deseo, de que las armas de V. M. saliesen victoriosas de esta ocasion, como se ha conseguido, no acordándome de otra cosa, ha sido servida V. M. de hacerme merced del consejo de Guerra y de 3000 ducados de ayuda de costa, mercedes como de la Real grandeza de V. M., quedando con la humildad y rendi– miento que debo. Dios guarde la Católica persona de V. M. como la Cristiandad ha menester. En el campo junto á Irun á 21 de Setiembre de 1638. El año de 1640 fué Gobernador y Capitan General del ejército de Perpiñan, como parece de la carta que S. M. le escribió el 22 de Noviembre de aquel año mandándole que informase lo que habia pasado en la revista de la gente, y el año de 1641 Jo fué del ejército de Cataluña y Condado de Rosellon, como consta de cartas que S. M. le escribió el dia 3 de

Enero y 21 de Abril de aquel año, mandándole pusiese todo el esfuerzo posible para que se remontase y completase la caballería, y que asistiese á la embarcacion de la gente que llevaba el Marqués de Villafranca. En atencion á estos servicios, dicho señor Rey, en Fraga, el dia 22 de Julio de 1644, por su Real cédula, refrendada de Gerónimo de Lezana, le hizo merced de la encomienda de la Oliva, en la orden de Santiago, que estaba vacante por muerte de Bartolomé Espínola, Conde de Pezuela; y despues le hizo merced por su Real cédula, despachada en Madrid el dia 26 de Julio de 1647, de la tercera parte del producto de la encomienda de Indios de Guamachusco, Provincia del Perú, que estaba vacante por muerte de doña Jacoba de Mendoza. El año de 1650 se halló siendo General de Valencia, como parece de la carta, que S. M. le escribió en 5 de Agosto de aquel año, pues dice en despacho, etc., se os avisó la forma en que habia de correr el mando de las armas en la frontera de Valencia, y se os advirtió que la gente del servicio de aquel reino, cuando esté dentro de las Plazas, que han de quedar por cuenta del general del ejército, ha de estar á vuestra órden, como lo estaba en Tortosa. Deseando S. M. que sus reales Armas fuesen acompañadas de favores y clemencias, se sirvió por sus Reales Cédulas de 15 de Setiembre dar poder y facultad al Marqués, para que en su Real nombre ofreciese á todos los que se redujesen á su obediencia, se les guardarian sus fueros privilegios, leyes, pragmáticas, usos y costumbres; para que perdonase á las personas, ciudades, villas, lugares y comunidades que le pareciese conveniente, y para que hiciese mercedes, asi á particulares como á comunidades, segun le pareciese y sus servicios mereciesen. Habiendo ganado las Plazas de Iliz y Miravet, determinó poner sitio à la de

Tortosa, cuya resolucion participó á S. M. el dia 15 de Octubre de 1650. A lo que S. M. el dia 31 del mismo, dice le habia respondido: No se ofrece que añadiros, sino agradeceros mucho la presteza y resolucion, con que os desembarazásteis de Miravet, y la que habeis tomado en la de Tortosa, cuya importancia y consecuencia son de tal ca lidad, que de vuestro valor y celo de mi servicio, me prometo, que teniéndolas presentes, obrareis en esto de manera, que siendo posible, se venza cualquiera dificultad que se puede ofrecer, esperando, que por vuestra mano han de tener mis armas tan felices sucesos, como se va esperimentando y yo debo prometerme de vuestro valor y esperiencia y de la fineza con que procurais adelantar mi servicio. En atencion á ellos el dia 5 de Noviembre del mismo año de 1650 le nombró S. M. por su Lugar-Teniente General y Capitan General del Principado de Cataluña; y habiendo ganado la Plaza de Tortosa y otras fortalezas, puso en ellas quien las defendiese y administrase la justicia; de lo que mereció la aprobacion de S. M., como parece de la carta que le escribió el dia 10 de Enero de 1651, que empieza: Ilustre Marqués, primo, de mi Consejo de Guerra, mi LugarTeniente y Capitan General, hánse recibido vuestras cartas de 16 y 24 del pasado, dándome cuenta en la primera de lo que habeis puesto en Tortosa, dejando allí al Maestre de Campo General, Marqués del Borro, para que cuide de aquella Plaza y corra por su cuenta Miravet, Iliz, y toda la Castellanía, Falcet y Tibiza y la frontera de Valencia; y al Maestre de Campo General, varon de Seebch en Caspe para que cuide de Mequinenza, Fraga, Monzon y Puertos de Rivagorza y de la gente que está acuartelada en el Reino de Aragon, quedando tambien el Portantueces de mi General Gobernador de Cataluña en Tortosa para cuidar de todo lo que conviniese al Gobierno Político, y poner en autoridad la Justicia, usando

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