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corresponde á 123.801,314 pesos y tres reales, como lo demuestra la siguiente operacion en que se multiplican por 40 los citados.

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Resúmen general de los dos Reales derechos Quinto y Diezmo, cobrados en sus respectivos tiempos, con demos-tracion del total caudal presentado por los mineros en esta Real tesoreria.

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Por manera que como parece del antecedente resúmen general, se hace constar que los dos Reales derechos contribuidos á S. M. C. mi Señor, importan 151.722,647 pesos 43/4 reales: y el caudal sacado por los mineros fundido en barras en esta Real Callana corresponde á 820.513,893 pesos y seis reales fuertes de á ocho. Pero siendo infinitamente mayor el tesoro que los mismos mineros han sacado de las nobles entrañas de este rico cerro de Potosí, paso á hacer la advertencia que ofrecí al principio de esta razon certificada, para que por ella tri

butemos al Señor Todopoderoso las mas debidas gracias por haber depositado en los dominios del Soberano mas católico y mas grande del mundo una joya digna de la admiracion de todas las potencias.

ADVERTENCIA.

Teniendo demostrada la grandeza que ha producido el prodigioso cerro de Potosí, es necesario precaver las ignorantes noticias que se puedan comunicar por ciertas personas que transitan el vasto reino del Perú sin hacerse capaces de la naturaleza y circunstancia de las cosas.

Notorio es que el año de 1525 fué descubierto el Perú por D. Francisco Pizarro, Marques de las Charcas. Este dió principio á su conquista el de 1531 que consiguió en los seis años sucesivos. Pobló la capital de Lima en 6 de enero de 1534 con título de Adelantado y Gobernador, hasta que en 26 de junio de 1541 fué muerto por su contrario Diego de Almagro, dentro del mismo palacio de aquella capital.

El rico cerro de Potosí fué descubierto el año de 1545 por un indio llamado Diego Gualca, que buscando una llama ó carnero de la tierra que se le huyó del mineral de Porco, distante nueve leguas, le dió alcance en este cerro por la noche, y con ocasion de hacer fuego para ampararse del frio que siempre hace en esta altura, halló por la mañana derretida la plata por la superficie de la tierra.

Sabido esto por Juan de Villarroel, español que trabajaba en el mineral de Porco, se vino al cerro de Potosí con Diego Centeno, y en el mismo año poblaron esta villa, siendo los primeros que se estacaron en las labores que quisieron.

Por esta regla, que graduo puntual, se viene en conocimiento que el primer mineral descubierto es el de Porco; pero lo cierto es que le abandonaron todas las gentes por situarse en Potosí y aunque en el siglo XVI continuaron el trabajo de dichas minas, como el de otras descubiertas en este siglo, ninguna ha tenido formal duracion, porque luego se han desparecido.

Esto supuesto, siendo regular que por las platas que se sacaron en Porco y en el presente siglo, de los minc rales de Aullagas, Ubina y Chichas, no se atribuyan todas las importancias que manifiesta esta razon certificada al rico cerro de Potosí, quiero hacer ver lo contrario, y que si si todo el caudal que ha producido esta portentosa joya se hubiera manifestado en esta Real tesorería para la satisfaccion de los derechos de la corona, seria triplicado ó quatriplicado el valor. Dos principios se nos presentan á la vista para conocer esta verdad. Uno la contribucion del quinto que corresponde á un veinte por ciento; y otro que por las ventajas que reportaban los mercaderes de plata, vendiéndola hasta el precio de 14 y 14 pesos el marco á los extranjeros por la colonia del Sacramento, que fué de los portugueses, y por la costa del mar del Sur á otras distintas naciones, extraian la mayor parte. Esta lucrativa ambicion es causa de los considerables perjuicios que ha padecido la monarquía española de que se me ofrece un reciente ejemplar.

Hasta el año pasado de 1777, no se vé un solo asiento en los libros Reales de esta tesorería, en razon de los minerales de oro, cuyo metal ha tributado el mismo derecho del Real quinto, y desde el citado año de 777, en que S. M. bajó el derecho al tres por ciento por medio de su celoso ministro de Estado y del despacho universal

de Indias, se atesoran hoy de 5 à 7,000 pesos anuales, sin embargo de las pocas labores anuales que se trabajan en esta jurisdiccion.

Ultimamente el año de 1556 se dió principio al trabajo formal por labores en este cerro como llevo dicho, y continua hasta el dia. Sus metales han llegado á la mayor pobreza y se tiene por feliz el que laborea de cuatro narcos el cajon de cincuenta quintales; y no dudándose que en los dos siglos antecedentes se trabajaron á mas de quinientos marcos de ley, ninguno puede negar que si al presente suben los diezmos Reales á 400,000 pesos, debieron corresponder en aquellos tiempos á muchos millones de pesos anualmente, y mejor en los veinte y seis años que saben todos se cortó la plata blanca á cincel, sin que por esto se mire aumentada la copia de Reales derechos en sus respectivos años.

Por todo lo cual yo soy de sentir que aunque al presente pertenece una tercia parte de los 400,000 pesos á los minerales de afuera (como lo tengo bastantemente reconocido), es infinitamente mayor la diferencia que hay desde cuatro á quinientos marcos; de suerte que ciegamente debemos confesar la grande usurpacion y estravio que se ha hecho de las platas, con detrimento de S. M. y del mejor nombre de esta preciosa halaja. Con todo si llega á verificarse la conclusion del proyectado socabon, para que por él desagüen las aguas interiores, no se debe dudar vuelva á su antigua opulencia, por estar vírgen el cerro desde su mediacion hasta los planes. Es dada en esta Real caja principal de Potosí en 16 de junio de 1784-Lamberto de Sierra.

Carta original de Santo Toribio de Mogrovejo Arzobispo de los Reyes (Lima) al Señor Rey Don Felipe II enviando las actas de un concilio que ha

bia celebrado.

(La posce la Congregacion establecida en esta Corte bajo la advocacion del mismo Santo.)

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Señor-En conformidad de lo proveido por el santo concilio de Trento y Breves de su Santidad se celebró este año de noventa y uno (1591) concilio provincial en esta ciudad de los Reyes y se hicieron decretos para estirpar los excesos y exorbitancias que en estas partes hay de ordinario ocurren. Envíolo á V. M. acudiendo á lo proveido por vuestra Real cédula en que se ordena ansí se haga antes que se publiquen y se lleven á debida ejecucion. Y porque ningun voto nos es tan importante ni será tan acertado como el de nuestro Rey y Señor natural, deseamos vuestros vasallos y capellanes perlados de este reino que ultra de la merced que en vuestro Real Consejo se nos hará de mirar estos estatutos y concilio, nos la haga vuestra Real Persona de mirar este compendio ansí mesmo si tenemos razon de regirnos por estos estatutos y pretender la reformacion que se encomienda en esta nueva iglesia de las Indias, porque con este favor serán de efecto nuestras juntas y trabajos, y sin él quedará todo puesto en grande olvido: suplicando á V. M. sca servido de mandar se nos vuelva y envíe luego el concilio para que publicado se ponga en ejecucion acudiéndose en esta parte al descargo de la conciencia de vuestra Real Persona y perlados.

El que lleva este concilio y se ha dispuesto á ir á ello solo es el Bachiller Francisco García del Castillo, teólogo

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