Cásares y los Virgilios, cruzaban los azarosos días de la infancia, una mujer los alimentaba con el jugo de su pecho; una mujer los adormecía con el arrullo de su amor. Cuando sus labios empezaron a articular sonidos, una mujer les enseñó a pronunciar... La mujer: apuntes para un libro - Página 125de Severo Catalina del Amo - 1861Vista completa - Acerca de este libro
| 1885 - 482 páginas
...adormecía con el arrullo de su amor. Cuando sus labios empezaron á articular sonidos, una mujer los enseñó á pronunciar los nombres para vosotros venerandos;...que había una patria que debían adorar; una patria qne ellos ilustraron luego con el brillo de sus conquistas ó con el mágico resplandor de su talento.... | |
| |