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Emperador D. Cárlos, y su Contador mayor de cuentas sin sucesion; quinto, à D. García Manrique, Gobernador de Parma y Plasencia, en Lombardia, de quien vienen los Príncipes de Pomblin, señores libres en Italia, y los Marqueses de Desio, en el estado de Milan, por sus muchos hijos en doña Isabel Briceño su mujer, los cuales fueron D. Pedro, D. Jorge, D. Juan, D. Francisco y otros, y á doña Maria Manrique, mujer de Pernistan de Boemia, que procreó á la Duquesa de Villahermosa, y á doña Isabel de Mendoza, que casó en Navarra siendo Virey el Marqués su tio, de cuyo matrimonio fué hijo D. Pedro Manrique, Arzobispo de Zaragoza, y doña Ana Manrique, Condesa de Puñonrostro; sesto, á D. Francisco de Mendoza, Prior de Aroche; sétimo, á doña María de Mendoza, mujer de D. Sancho de Córdoba, el de Málaga, segundo señor de Casapalma, Veedor y Comisario general de las guardas de Castilla; octavo, doña Inės de Mendoza, Vizcondesa de Chelva en Valencia, de quien descienden los señores de esta casa, y noveno, á doña Teresa de Mendoza, que casó con D. Antonio de Carvajal.

El D. Diego Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, Guarda mayor de Cuenca, Montero mayor del Rey, pasó á les estados de Flandes con el Emperador D. Cárlos, donde le sirvió con tanta satisfaccion en todas las ocasiones de paz y guerra que le nombró su Virey y Capitan general de Navarra, y murió en Barcelona el año 1542, yendo al socorro de Perpiñan, habiéndole cercado el francés con grande cantidad de guipuzcoanos y navarros. Fué casado con doña Isabel de Bobadilla, hija de D. Andres de Cabrera, primer Marqués de Moya, Conde de Chinchon, Comendador de Montemolin en la órden de Santiago, de cuyo matrimonio fueron hijos: primero,

D. Andrés Hurtado de Mendoza, que sucedió en la casa; segundo, D. Francisco de Mendoza, Cardenal del titulo de San Eusebio, y Obispo de Búrgos; tercero, D. Hernando de Mendoza, Arcediano de Toledo; cuarto, don Pedro de Mendoza, Comendador de Aledo y Totana, Capitan de hombres de armas, que casó con doña Aldonza de Castilla, el cual tuvo hijos; quinto, D. Rodrigo de Mendoza, Clavero de Alcántara, y Mayordomo de la Princesa de Portugal doña Juana, Infanta de Castilla y Leon; sesto, doña Francisca de Mendoza, que casó con don Luis Laso de Castilla, de quien descienden los señores de Montalvo, el Hito, y Valdecañas, descendiente del Rey D. Pedro, por linea recta de varon, y doña Isabel de Mendoza, que casó con D. Juan Ruiz de Alarcon, señor de Valverde y otros vasallos.

El D. Andrés Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete, Guarda mayor de la ciudad de Cuenca, Montero mayor del Rey, sirvió al Emperador D. Cárlos en lal jornadas de Alemania, Flandes, Túnez y Argel, donde mostró el valor de su persona y clara sangre de sus mayores, por cuyos servicios le proveyó el César por Virey y Capitan general de los reinos de Perú, Tierrafirme, Chile y otras islas. Murió ejercitando este cargo año de 1560, siendo casado con doña María Manrique, hija mayor de D. Garci Hernandez Manrique, Conde de Osorno, y fueron sus hijos: primero, D. Diego Hurtado de Mendoza, que sucedió en la casa; segundo, D. García Hurtado de Mendoza, en quien quedó la sucesion; tercero, D. Francisco de Mendoza, Canónigo y Tesorero de la Santa Iglesia de Cuenca; cuarto, D. Pedro de Mendoza, Canónigo y Arcediano de Huete, en la Iglesia de Cuenca; quinto, D. Rodrigo de Mendoza, que murió en la jornada de Inglaterra; sesto, D. Hernando de Mendo

za, de la Compañía de Jesus, que renunciando el ser Arcediano de Toledo, se entró en esta religion; sétimo, D. Juan Hurtado de Mendoza, del Consejo supremo de la general Inquisicion; octavo, D. Alvaro de Mendoza, de la órden de San Bernardo; noveno, D. Andres de Mendoza, de la órden de Santo Domingo; décimo, doña Mariana de Mendoza, que casó con D. Sancho de Castilla, señor de Gor y Elboduluy, sin sucesion; décimoprimero, doña Isabel de Mendoza, Priora de Santa Catalina de Sena en Valladolid; décimosegundo, doña Maria de Mendoza, Monja en Madre de Dios de Toledo; décimo.. tercero, doña Francisca de Silva, Priora del mismo monasterio; décimo cuarto, doña Leonor de Mendoza, que murió niña, y décimoquinto, doña Inés Manrique, Dama de la Reina doña Ana de Austria, la cual heredó las legitimas de sus hermanas, y llegó á ser la mas rica señora de estos reinos; murió luego que entró en palacio, dejando general sentimiento por su mucha virtud.

D. Diego Hurtado de Mendoza, tercer Marqués de Cañete, Guarda mayor del Rey, Caballero de la órden de Santiago, Comendador de Monasterio, sirvió al Católico Rey D. Felipe II en los viajes que hizo á Inglaterra, á los estados de Flandes, en la jornada de San Quintin y en todas las guerras que tuvo con Enrique II, Rey de Francia. Casó dos veces: la primera, en Valencia con doña Magdalena Pujadas, hija de D. Ramon Pujadas, señor de las Baronias de Ana, en quien tuvo á doña María de Mendoza, Monja en las Descalzas de Madrid. La segunda con doña Isabel de Mendoza, su prima hermana, hija de D. Pedro de Mendoza, Comendador de Aledo, y de doña Aldonza de Castilla su mujer, de quien no tuvo hijos.

D. Garcia Hurtado de Mendoza, cuarto Marqués del Cañete, Guarda mayor de la ciudad de Cuenca, Montero

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mayor del Rey, señor de las villas de Argote y Pesadilla. Valde-Olmos y otros vasallos, sucedio en esta casa y estado al Marqués D. Diego su hermano, el cual siendo de edad floreciente salió de casa de sus padres à seguir el arte militar, como soldado valeroso, hallándose en las jornadas de Córcega y Sena, donde fué conocido y estimado por su gran valor, de donde le envió su General á los estados de Flandes á dar cuenta al Emperador de la victoria que habian tenido sus ejércitos, atravesando por Alemania con grande riesgo de su persona, por estar llenos de rebeldes con sus cabezas, el Marqués Alberto de Brandemburque, y el Elector Palatin del Rin. Fué mandado de Capitan general á las grandes provincias de Chile en ocasion en que estaban alborotadas por la discordia de los españoles como por el gran valor de los araucanos, y al momento que llegó, con su prudencia y autoridad pacificó á los españoles, y con una cruelisima guerra domó los nunca vencidos araucanos, ganándolos siete batallas campales à innumerables bárbaros; restaurando las ciudades que los araucos habian asolado, fundando de nuevo otra nueva, y dejando quieta y sosegada aquella tierra; atravesó toda la que hay desde Chile al estrecho de Magallanes, plantando en aquel estrecho las columnas de Hércules que él puso en el Gaditano, siendo el primer hombre que descubrió y conquistó en Indias hechos que merecieron historia particular, la cual está impresa por el Doctor Cristobal Suarez de Figueroa. y Pedro de Oña en su Arauco Romano. Conociendo S. M, el gran valor en el ejercicio militar, le mandó à Italia con embajadas particulares de negocios muy graves, de que dió la misma cuenta que de las cosas de la guerra, sirviendo en la de Portugal con su compañía de hombres de armas, y al cabo de treinta años que habia salido de

los reinos del Perú, volvió á ellos por Virey y Capitan general, donde redujo á aquellos reinos á suma policia, poniendo en ellos las alcabalas, sin ningun movimiento, ni alboroto, cosa que no se atrevieron á intentar sus predecesores, haciéndose por su órden nuevos descubrimientos; y habiendo cumplido con las obligaciones de Capitan glorioso, dió la vuelta por mandado de su Rey á estos reinos de España, cargado de oro y plata para su Principe, entrando por la barra de Sanlúcar con diez y ocho millones, á tiempo que nuestra España estaba muy falta de tal socorro, y muy apretada de Francia é Inglaterra, con que se pudo acudir al remedio de tantas necesidades; casó dos veces: la primera antes de gozar de los estados paternos con doña Teresa de Castro, hija de D. Pedro Fernandez de Castro, Conde de Lemos, y de la Condesa doña Leonor de la Cueva su mujer, de quien tuvo por hijos á D. Juan Hurtado de Mendoza, que sucedió en la casa, y á doña María de Mendoza, que murió niña. La segunda con doña Ana Florencia de la Cerda, hija de D. Fernando de la Cerda, Gentil-hombre de la cámara del Emperador, hermano del Duque de Medinaceli, y de doña Ana de Latiloy su mujer, Dama de la Reina doña Isabel, y prima segunda de la Reina de Escocia, en quien hubo à doña Mariana de Mendoza y la Cerda.

El D. Juan Hurtado de Mendoza fué quinto Marqués de Cañete, Guarda mayor de la ciudad de Cuenca, Montero mayor del Rey, y Gentil-hombre de la cámara de la Magestad de Felipe IV: entró á poseer esta casa el año de 1621, y casó tres veces. La primera con doña María Pacheco, hija de D. Diego Fernandez de Cabrera y Bobadilla, Conde de Chinchon, Comendador de Monreal en la órden de Santiago, y de su mujer la Condesa doña Inės Pacheco, de quien hubo à D. García Hurtado de

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