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historia en el año del Nascimiento del Señor é Salvador del mundo de mill é quatrocientos é cincuenta é tres años. Tit. CI. De un ruido, que se levantó en Madrigal, á fin que el inclito Maestre fuesse en él muerto.

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Tit. CII. De como el Rey partió de Madrigal para Oterdesillas, é del motivo del inclito Maestre, é de otras cosas que ocurrieron assi en el camino, como en Oterdesillas. 267 Tit. CIII. De como despues de la venida á Oterdesillas el leal Maestre é Condestable fué mucho abiertamente certificado de la traycion de Alfonso Perez de Vivero: é de lo que fué movido al mismo Maestre, é cómo é por quien, é de su lealtad.

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Tit. CIV. De los fechos, que passaron en Oterdesillas en tanto que el Rey alli estovo.

Tit. CV. De las cosas, que en aquellos dias passaron en Oter-
desillas en tanto que el Rey estovo en aquella villa.
Tit. CVI. De como el Rey partió de Oterdesillas: é de los
fechos que subcedieron despues de su partida tocantes á la
presente historia.

Tit. CVII. De la partida de Valladolid para Burgos, é de lo que el Rey quiso, é tentó de fascer en aquel camino contra el su leal Maestre.

Tit. CVIII. De algunas cosas, é por qué via, que subcedie-
ron por administracion del yá nombrado Alfonso Perez de
Vivero, despues que el Rey fué en Burgos.
Tit. CIX. De como el Rey tractó con Ruy Diaz de Mendoza,
é con su hermano Prestamero mayor de Vizcaya é con
Alfonso Perez de Vivero, de prender al Maestre dentro en
el palacio Real.

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Tit. CX. De un ruido fingido, que se revolvió en Burgos, á fin que el buen Maestre prendiese muerte en él : é de otro engaño, que al mismo Maestre el dia del ruido se le fizo, por lo prender ó matar.

Tit. CXI. De como el Rey mostró, mas abiertamente que de antes solia, el odio é mala voluntad, que contra el Maestre tenia é de como el buen Maestre fabló con Alfonso Perez de Vivero sobre aquellos fechos, é de lo que Alfonso Perez le respondió.

Tit. CXII. De algunos modos, que el inclito Maestre tovo é buscó, para se reparar en sus fechos, segund los términos en que pendian.

Tit. CXIII. De como el valeroso Maestre acordó deliberadamente de fascer matar al traydor Alfonso Perez de Vivero,

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é de otras cosas, que passaron antes de aquello.

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Tit. CXIV. De la muerte de Alfonso Perez de Vivero, é de algunas cosas, que passaron antes de aquella.

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Tit. CXV. De lo que se fizo é subcedió despues de la muerte de Alfonso Perez de Vivero. Tit. CXVI. De algunos fechos, que se siguieron de la muerte de Alfonso Perez de Vivero en adelante. Tit. CXVII. De como el Rey dixo é rogó al Maestre, que se fuesse de su corte : é de lo que el Maestre le respondió. 316 Tit. CXVIII. De como en aquellos dias que los mensageros partieron, para llamar á los que avian de continuar en la corte, el Rey se trabajó, por prender al su leal Maestre. Tit. CXIX. De lo que el buen Maestre tenia acordado, é de como le fué estorvado : é de otras cosas, que passaron entre el Rey é el Maestre. Tit. CXX. De como salió gente del castillo de Burgos fasta en número de doscientos omes darmas é ballesteros, é vinieron á cercar la casa dó el Maestre possaba: é de lo que ende se siguió, é se fizo.

Tit. CXXI. De algunos tractos de firmezas é seguridades que passaron del Rey al Maestre, é por quién, é cómo se tractaron.

Tit. CXXII. De como vinieron, á fablar con el Maestre, Ruy Diaz de Mendoza é el Obispo de Burgos: é de las seguridades, que el Rey le dió: é de otras algunas cosas, que passaron tocantes à la historia.

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Tit. CXXIV. Cómo, é por qué via subcedió, assi al fijo, como á los criados del buen Maestre, despues que él fué cercado é preso.

Tit. CXXIII. De la dolorosa é á todos los buenos mancillosa prision del buen Maestre de Santiago é Condestable de Castilla.

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Tit. CXXV. En el qual se escribe, por qué via se ovo el Rey con el su leal Maestre é con algunos de sus criados. Tit. CXXVI. De como el Rey fué à Portillo, é de lo que ende se fizo: é de como dende passó los puertos, é fué á tomar á Maqueda, é dende fué assentar real sobre Escalona. 368 Tit. CXXVII. De como el Rey é los grandes que en su real é hueste estaban, entraron en consejo sobre los fechos del buen Maestre, é de lo que ende fué acordado. 373 Tit. CXXVIII. De la muerte del mejor caballero, que en todas las Españas ovo en su tiempo, é mayor señor sin corona, el buen Maestre de Santiago.

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COMIENZA LA CORÓNICA

DE D. ALVARO DE LUNA,

CONDESTABLE DE LOS REYNOS

DE CASTILLA Y DE LEON,

MAESTRE Y ADMINISTRADOR

DE LA ORDEN Y CABALLERIA

DE SANTIAGO.

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PROLOGO.

Ntre los otros frutos abundosos que la España en otro

tiempo de sí solia dar, fallo yo que el mas precioso de aquellos fué criar é nudrir en sí varones muy virtuosos notables é dispuestos para enseñorear, sabios para regir, duros é fuertes para guerrear. De los quales unos fueron subidos á la cumbre imperial, otros á la relumbrante cátedra del saber. E muchos otros merescieron por victoria corona del triunfo resplandeciente. Mas agora en nuestro tiempo revolviendo los ojos del justo acatamiento por estas cosas, mucho se mues10 tran non solamente las Españas, mas todas las otras naciones, menguadas é vacías de varones semejantes, que si algunos en algun habito de virtud resplandecen, fallesceles, é esles negado mucho de aquello, sin lo qual queda desnudó, é non bien apues to el perfecto don de esa virtud, é son assi como la diversidad 15 de las tierras, que si unas son abundosas de frutos, son livianas de panes; é si abundan en ganados, son altas é enrocadas, é de asperos asientos, é non graciosas para la morada humanal. Fallanse otras que si tienen abundante fertilidad de las

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cosas necesarias, ó son muy destempladas é frias, o del todo enojosas, incomportables por muy demasiado calor. Pues non menor variedad é mengua de perfeccion face vicioso é defectuoso el linage de los omes: é si algunos dan de sí algun fruto é resplandor de virtud para comenzar bien las cosas, son livianos, é non maduros para la execucion de aquellas: é si por ventura són esforzados é valientes, son de aspereza é dura palabra, ó enrocados é asperos por sobervia, ó levantados por demasiada altividad : é si por ventura en ellos consiste esfuerzo é discrecion, non tienen habilidad para el exercicio de 10 aquello, nin abtoridad en la práctica, nin gravedad é sabiduria en la obra, nin dulcedumbre en la conversacion. Las quales cosas tanto mas son menester, que los grandes Príncipes é escogidos por dignidad quanto mas son puestos en lugar mas alto para ser acatados, en tal manera que si una parte los 15 alumbra é face claros, otra los ofusca é alonbreguece. Tanta es la dificultad de poder venir en la entera perfeccion de la virtud. Pues si en el nuestro magnifico é muy virtuoso é bienaventurado Don Alvaro de Luna, Maestre de Santiago, Condestable de Castilla, tan notoriamente tantas partes de virtud 20 resplandecen; é tanta grandeza de claros fechos pregona su nombre magnifico que todas estas cosas junta; é perfectamente las unas acompañadas de las otras en él relumbran é permanecen, ¿por qué por contemporal é de nuestra tierra le negaremos aquella gloria que á los pasados y de fuera della tan 25 de buena mente otorgamos? ¿E quién será aquel que conosciere é oviere sentido el fruto de la su grande é muy madura discrecion, que baya á buscar prudencia en los Catones? ¿E quien oviere seído capitaneado é acaudillado so la su non vencida bandera, cómo irá á demandar enxemplo de magnanimi- 30 dad en los Scipiones ó Metellos? ¿E quál enemigo lo avrá visto ó sentido ferir de la espada, que tema mas la fiereza de aquel ome é duro varon llamado Sceva? ¿Quién alabará en el Rey Masinisa cuerpo dispuesto á trabajos, é perseverancia non domada por exercicios caballerosos, si bien ha avido par- 35 te de la su caballerosa fatiga é continuos trabajos de guerra? Quién será aquel que ose afirmar que por mas honrosos nin peligrosos casos, é grados de infortunios, é bienaventu

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ranzas, ningun grande de nuestro tiempo le passase, é fuese delante en adquirir gloria é fama é honra bien gənada ? Assi que en aqueste muy acatado Maestre tantas imagenes verdaderas de virtud se nos representan, como si las reliquias de la bondad de muchos de los passados en él é por un solo él fuesen conservadas, ¿ Pues quién será mal enseñado queriendo to mar enxemplo en la su muy sábia prudencia? ¿Quién tentará ser movible veyendo la su tanto firme constancia? ¿Quién se afeminará á facer cobardia, considerando la su muy esforzada 10 magnanimidad? ¿Quién cometerá fealdad nin yerro mirandose en el mas claro espejo de la su muy pura é verdadera lealtad á su Rey? ¿O quál podrá ser rudo nin grosero á quien la su grand casa haya seído escuela de pulicia é puroso enseña miento? Pues si algunos quisieron escribir los fechos de los pas15 sados, moviendose los unos por amor que ovieron á sus virtuosas obras, otros por se deleytar tratando grandes é caballerosos fechos, é algunos por dexar las escogidas obras de los passados, escritas por enxemplo é doctrina á los que despues viniesen, á muchos por gloriarse á sí mismo curiosamente es20 cribiendo fechos é vidas de Príncipes escogidos, ¿por qué non será dada licencia é lugar á mi ruda mano que escriba algu na cosa de la muy virtuosa vida de aqueste muy noble é fa moso Maestre? Pues para desechar el sueño del mi adormido ingenio tantas é tan grandes causas tengo venidas de la virtud 25 del solo nuestro virtuoso Maestre, como algunos de los otros autores pudieron tener por los respetos de la virtud de muchos de los que fueron antes de nos. Quanto mas que yo creo que los sus muy singulares fechos non solamente me prestarán fuerzas para decir, mas aún liberalmente me las dan é otorgan. 30 Pues por lo que tengo dicho, é por mucho mas que se podria decir, intenté escribir en esta presente obra algunos de los muy notables fechos é acaecimientos deste bienaventurado Maestre: como quiera que yo non dubdé que los sus claros fechos é notables fazañas é discurso de bienaventurada vida, mas 35 curiosamente esten escritos por otros mas prudentes é eloquentes autores, assi componedores de las historias de los Sanctos Padres, é Emperadores, é Reyes Christianos, como de los infieles Moros, é barbaros que en su tiempo han reyna

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