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SECCION PRIMERA.

De las diferentes especies de ajos.

I. AJO COMUN. Tournefort coloca esta planta en la seccion Iv de la novena clase, que comprehende las flores azucenadas compuestas de seis pétalos, y cuyo pistilo se convierte en fruto, y la denota baxo la denominacion de allium sativum: Linneo le da el mismo nombre, y la coloca en la hexândria monogynia.

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Descripcion y usos.

Flor azucenada, de seis pétalos oblongos, estrechos, cóncavos y rectos: el cáliz es una garrancha ovalada, que se abre para dexar salir muchas flores.

Fruto: caxilla pequeña y ancha, con tres receptáculos, que contiene semillas orbiculares negras, y con tres cotiledones.

Hojas las hojas salen inmediatamente del bulbo : son largas, aplastadas, terminadas en punta y sin nervios aparentes.

Raices: compuestas de muchos bulbos cubiertos de túnicas muy delgadas y blancas. Estos bulbos se llaman impropiamente dientes de ajo todos ellos estan unidos por su base, y brotan muchas raices capilares.

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Porte: el tallo ó bohordo se eleva del medio del bulbo á la altura de uno ó dos pies: es hueco, cilíndrico, y está cubierto hasta la tercera parte de su longitud de hojas dispuestas en forma de vayna las flores nacen en la cima en parasol redondeado.

Sitio: es originario de la Sicilia, y se cultiva en todos los jardines es vivaz, y florece en Junio y Julio.

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Propiedades su olor particular y fuerte se diferencia del de todas las cebollas los bulbos tienen un gusto acre y aun cáustico: se mira como un madurativo antistérico, diurético y vermífugo; excita la traspiracion, es apreciable para la hidropesía de pecho, para la ascite ocasionada por bebidas espirituosas, para el asma pi tuitosa, para la tos catarral, para la diarrea por debilidad de estómago, , para los cólicos ocasionados por las lombrices, y para los cólicos ventosos. Comunmente se llama la triaca de los pobres, principalmente en los paises cálidos, y lo comen antes de ir al trabajo, para librarse, dicen ellos, del mal ayre. El ajo no conviene de manera alguna á los temperamentos cálidos, especialmente quando hay ebullicion en la sangre, calor de entrañas &c., porque en estos casos seria un remedio incendiario. Aplicado exteriormente irrita los tegumentos, y si está mucho tiempo sobre ellos los inflama.

Chomel se ha servido útilmente de su aplicacion en las plantas de los pies para favorecer la erupcion de las viruelas, ó acelerarla quando tardaba. Algunos Autores aconsejan malamente aplicar el bulbo quebrantado reducido á pasta, y mezclado con aceyte de aceytuna sobre las quemaduras; pero como nunca hay quemadura sin inflamacion, y toda inflamacion enrancia prontamente todas las especies de aceyte, las quales desde entonces se vuelven irritantes y corrosivas, este remedio aumentaria el mal lejos de curarlo. El remedio mas simple y mas seguro es ponerse continuamente paños mojados en agua fria.

Usos: el xugo exprimido de las raices se da desde media dracma hasta una onza, solo ó mezclado con partes iguales de vino blanco. El bulbo, desde media onza hasta dos, en maceracion en el baño-maría con ocho onzas de agua ó de vino blanco: cocido en cenizas calientes y amasado hasta la consistencia pulposa, sirve para una cataplasma.

A los animales se da el ajo machacado en la dosis de una onza mezclado con una libra de vino.

De su cultivo.

Linneo cuenta treinta y siete especies de ajos; pero á nosotros no nos toca tratar mas que de aquellos cuyo cultivo és útil al labrador. Del terreno que le conviene. Los Autores que han escrito sobre jardinería dicen comunmente que todo terreno le es á propósito. Esta proposicion es verdadera en general, es decir, que el ajo vegeta en todas partes: sin embargo, la experiencia prueba que algunas le convienen infinitamente mas que otras.

En el Baxo-Poetú, por exemplo en la villa de la Tranche, situada á orillas del mar, y frente de la Isla de Ré, se cultiva una cantidad prodigiosa de ajos y cebollas de un tamaño monstruoso. Todo el pais se compone de arenales movedizos, que los vientos llevan de una parte á otra, y en este sitio está establecido el culti vo en medio de las arenas abrasadoras durante el verano. Los habitantes de la Tranche juntan á orillas del mar los despojos de las plantas marinas y de los litofitos que arroja, y se sirven de ellos como abonos para vivificar sus arenas; pero si multiplicasen demasiado este abono, seria mala la cosecha. Segun esta experiencia en grande, se debe pues concluir, que quanto mas ligero es el terreno mejor prevalece la planta. En efecto, si se consideran todas las plantas bulbosas ó azucenadas, se verá que no necesitan que la tierra tenga mucho fondo para vegetar. La cebolla albarrana vegeta, crece, y echa un tallo de quatro á diez pies de altura, y florece aunque sea colgada del techo de una habitacion. Las cebollas del jacin

to, del tulipan y del narciso vegetan sobre las chimineas en garrafas llenas de agua. Es pues natural en todas las azucenadas absorber la humedad del ayre, ó la que les facilitamos adquirir, y vegetar con solo este socorro. Los habitantes de la Tranche, se me objetará, procuran dar cuerpo á sus arenas por medio de los abonos de que se sirven; pero esto lo hacen no tanto para dar cuerpo á su tierra, como para mezclarla una sustancia que atrae poderosamente la humedad del ayre, y reemplaza la que el ardor del sol ha hecho perder durante el dia. En efecto, si se exâmina la naturaleza de este abono empleado, se verá que está cargado de sal marina, y que esta tiene la propiedad singular de descomponerse y combinarse despues con el ácido del ayre, y de la combinacion de estas dos salés resulta una facilidad suma para absorber la humedad. He aquí la teoría de este abono. (V. la adicion al artículo ABONO.)

Este exemplo tan decisivo y concluyente deberia pues mover á los habitantes de las orillas del mar rodeados de arenales, á procurarse una cosecha que disminuiria su miseria, aumentando su bien estar. No hay semana en que los habitantes de la aldea de la Tranche no lleven una cantidad muy grande de ajos y cebollas á la isla de Ré, para venderla á los navios extrangeros que estan en este puerto. De todos los productos del pequeño cultivo no hay ninguno que cueste menos trabajo, y cuyo despacho sea mas seguro; de manera que es necesario haber visto la innumerable cantidad de ajos que se venden en la feria de Belcaria para formarse una idea de su consumo: diez navios cargados únicamente de este vegetal no podrian llevar todo lo que se trae á esta feria. En París y en lo interior del reyno no se gastan ajos, pero en el resto del reyno se consumen muchísimos.

Del tiempo de plantarlos. En las provincias meridionales como la Provenza y el Languedoc se plantan los ajos á fines de Noviembre, á principios de Diciembre, y los mas tardíos á primeros de Enero; pero en las provincias del norte al contrario se siembran en Marzo. Por estos dos puntos extremos qualquiera conocerá, segun el clima de su pais, la época en que debe confiarlos á la tierra.

Algunos autores dicen que es necesario sembrar la grana, y hacer bellos discursos sobre el tiempo y modo de executarlo, pero es porque han escrito en su gabinete, sin conocer el objeto de que hablaban. Sembrar la grana del ajo y perder el tiempo son palabras sinónimas, puesto que se pierde completamente un año con este método pueril, quando al contrario si se separan los ocho ó quince dientes que ordinariamente tiene cada cabeza de ajos, y se siembran desunidos, cada diente dará su planta en el mismo año, la qual producirá otras tantas cabezas ó bulbos; así en general dan diez por uno segun el terreno.

De las labores. Quanto mas se moviere la tierra, tanto mejor prevalecerá el bulbo. Es necesario pues labrarla profundamente al menos hasta ocho ó diez pulgadas con la pala de hierro, porque entrando hasta diez ó doce pulgadas subleva la tierra, la atenua y la divide mas. En los jardines en que se riega con regadera se haçen tablas de ellos, ó sirven para rodear las de las cebollas y puerros. En los paises en que se riega de pie ó por inundacion es necesario colocarlo en el lomo del cantero y no en la canal, porque el ajo, como todas las plantas azucenadas, siente la demasiada agua; por la misma razon es necesario no regarlo mas que en una extrema sequedad. En uno y otro método es necesario plantarlo á dos pulgadas de profundidad, y á seis de distancia de un bulbo á otro, y po á quatro como se practica comunmente, sin mirar que el espacio no es suficiente para las raices, y que la planta engorda menos. Es inútil observar los dias de luna; lo mejor de todo es plantarlo en el tiempo conveniente, y preparar el terreno de la manera mas ventajosa. Paladio dice que si se planta y arranca el ajo en tiempo en que la luna no aparece sobre nuestro horizonte, perderá su olor fétido; pero esto es una puerilidad.

El tiempo de arrancar el ajo de la tierra se conoce por el estado de sus hojas: quando estan bien secas se arranca la planta, y se pone al sol por doce ó quince dias, cuidando durante este tiempo de resguardarla de la lluvia en fin se atan á manojos, ó se trenzan las hojas unas con otras, de modo que esten todas las cabezas. á un lado, y se cuelgan en un lugar bien seco para que no germinen los bulbos.

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Esta planta mientras está en la tierra no exîge ningun cultivo, ni otro cuidado que el de arrancarle exâctamente las malas yerbas que devorarian su sustancia. Sin embargo seria muy útil escardar de quando en quando el terreno para destruir las malas yerbas, y disponer la tierra á recibir mejor las benignas influencias de la atmósfera.

II. AJO SCORODOPRAŠO, AJO PORRUNO, ROCAMBOLA, ajo de ESPAÑA. Tournefort lo coloca en la seccion IV de la novena clase que comprehende las flores azucenadas compuestas de seis pétalos, cuyo pistilo se convierte en fruto arredondado, y le llama allium sativum sive allioprasum, caulis summo circumvoluto. Linneo lo clasifica en la hexândria monogynia, y lo llama allium scrodoprasum. Del medio del bulbo de esta especie de ajo salen cinco á seis hojas, de cuyo centro se eleva el tallo hasta la altura de dos pies á corta diferencia, y arriba forma una espiral, cuya extremidad acaba en una cabeza, donde estan las semillas casi redondas y del grueso de un guisante: entre estas semillas aparecen algunas flores parecidas á las del ajo comun, las quales no dan simiente. Los estambres estan divididos en tres, y las hojas llanas, recortadas y pare

cidas á una vayna de dos filos. Esta planta que ha sido transportada de España á Francia, tiene el olor y sabor á ajo, aunque ni uno ni otro es tan fuerte. Se pueden sembrar los bulbos que produce el tallo, y aun algunos aseguran que así engordan mas estos ajos; pero no está confirmado por lá experiencia, y ademas se pierde un año sembrando la grana: es pues mucho mejor plantar los dientes ó cascos que sirven de raices, para lo qual se eligen los mejores. El cultivo de la rocambola es el mismo que el del ajo comun.

III. ajo uerro, puERRO. Tournefort llama porrum commune capitatum, y Linneo allium poreum.

Flor: azucenada, compuesta de seis pétalos oblongos, estrechos, cóncavos y derechos; el cáliz es una garrancha oval que se abre para dexar salir muchas semillas.

Fruto: pequeña caxilla ancha con tres lóbulos, tres celdillas y tres válvulas, que encierran muchas semillas casi redondas.

Hojas: salen de la raiz y llanas; abrazan el tallo por su base, largas, aquilladas y terminadas en punta.

Raiz: un bulbo oblongo compuesto de túnicas blancas.

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Porte el tallo se eleva de entre las hojas á la altura de dos pies; derecho, firme y lleno de xugo: las flores nacen en la cima, dispuestas en forma de cabeza ó de parasol.

Sitio los jardines de hortaliza; la planta es bienal, y florece en Mayo ó Junio segun el clima.

Esta especie de puerro se llama largo para distinguirlo del corto, es decir, que tiene mas corta la parte que se come. Esta última va❤ riedad resiste al frio mejor que la especie larga.

Cultivo: se siembra como la cebolla á fines del invierno, segun los diferentes climas, y se trasplanta quando es un poco grande. La víspera de la operacion se riega bien el terreno que ocupa la planta, para de este modo poderla arrancar fácilmente al otro día. Muchos aconsejan despuntar las hojas, y suprimir escrupulosamente todas las raices; pero yo hago lo contrario, saco con la mayor suavidad posible la planta con todas sus raices, y la pongo con el mayor cuidado en la tierra, de manera que no conozca que ha mudado de lugar. Es verdad que el puerro arraiga fácilmente con el primer método; pero prende en menos tiempo, y los bulbos son mas gruesos con el segundo. Esta experiencia fácil de repetir convencerá á qualquiera de la necesidad de conservar todas las raices á las plantas que se mudan de un lado á otro.

En los jardines dispuestos en tablas, los surcos para los puerros han de distar unos de otros de seis á siete pulgadas, y sus pies han de estar á la misma distancia. En los climas meridionales donde hay necesidad de regar de pie (V. esta palabra.), el cantero tiene ordinariamente un pie de ancho; mas para economizar el terreno, las

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