Comedias escogidas, Volumen 3

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Impr. Nacional, 1867
 

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Pasajes populares

Página 359 - Las señoras, no es mi intento que en este número estén, que son ángeles a quien no se atreve el pensamiento. Sólo te diré de aquellas que son, con almas livianas, siendo divinas, humanas; corruptibles siendo estrellas. Bellas casadas verás, conversables y discretas, que las llamo yo planetas porque resplandecen más. Estas, con la conjunción de maridos placenteros, influyen en extranjeros dadivosa condición. Otras hay cuyos maridos a comisiones se van, o que, en las Indias están, o en Italia,...
Página 350 - ... que, ya que el mejor no sea, no le noten por peor; quiero, señor licenciado, que me diga claramente, sin lisonja, lo que siente (supuesto que le ha criado) de su modo y condición, de su trato y ejercicio, ya qué género de vicio muestra más inclinación.
Página 359 - Las señoras no es mi intento Que en este número estén ; Que son ángeles a quien No se atreve el pensamiento. Sólo te diré de aquellas Que son, con almas livianas, Siendo divinas, humanas ; Corruptibles, siendo estrellas. Bellas casadas verás Conversables y discretas, Que las llamo yo planetas Porque resplandecen más.
Página 381 - Entre las opacas sombras y opacidades espesas que el soto formaba de olmos, y la noche de tinieblas, se ocultaba una cuadrada, limpia y olorosa mesa, a lo italiano curiosa, a lo español opulenta. En mil figuras prensados manteles y servilletas, sólo envidiaban las almas a las aves ya las fieras.
Página 382 - Empezó primero el coro de chirimías; tras ellas el de las vihuelas de arco sonó en la segunda tienda; salieron con suavidad las flautas de la tercera, y en la cuarta cuatro voces con guitarras y arpas suenan. Entre tanto, se sirvieron treinta y dos platos de cena, sin los principios y postres que casi otros tantos eran. Las frutas y las bebidas, en fuentes y tazas hechas del cristal que da el invierno y el artificio conserva, de tanta nieve se cubren que Manzanares sospecha — cuando por el Soto...
Página 421 - El deleite natural tiene a los lascivos presos; obliga a los codiciosos el poder que da el dinero; el gusto de los manjares al glotón ; el pasatiempo y el cebo de la ganancia a los que cursan el juego ; su venganza al homicida; al robador su remedio ; la fama y la presunción al que es p"or la espada inquieto.
Página 422 - Que vos decís verdad solo, Y miente el lugar entero? Lo que importa es desmentir Esta fama con los hechos, Pensar que...
Página 215 - Un aguacero cayó en un lugar, que privó a cuantos mojó, de seso; y un sabio, que por ventura se escapó del aguacero, viendo que al lugar entero era común la locura, mojóse y enloqueció, diciendo: "En esto, ¿qué pierdo? Aquí, donde nadie es cuerdo, ¿para qué he de serlo yo?
Página 383 - Madrid se vio la región Sabea. En un hombre de diamantes delicadas de oro flechas, que mostrasen a mi dueño su crueldad y mi firmeza, al sauce, al junco y al mimbre quitaron su preminencia que han de ser oro las pajas cuando los dientes son perlas.
Página 427 - Envióle, para que se le aderecen, mi primo don Diego Ponce, por no haber en su lugar relojero ni relojes.» «Dádmele, dijo su padre, porque yo ese cargo tome.

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