Imágenes de página
PDF
ePub

DIA 7

Por la mañana se celebró en San Felipe, una solemne función religiosa, organizada por los marinos y PP. carmelitas, con asistencia de inmenso público, tomando parte activa y especial las alumnas de los acreditados colegios Francés, Hijas de

[graphic]

María, Santa Teresa y El Corazón de Jesús.

La Sociedad de Cuartetos del Instituto musical, organizó una velada en honor de los marinos, que resultó un verdadero éxito artístico, por lo que fueron muy felicitados los señores Torroella y Orbón y demás profesores.

Por la noche, fiesta en Palatino, que como en Tacón, Payret, Actualidades y Albisu, resultó un acontecimiento de imperecedero recuerdo.

De cinco á seis de la tarde, amarrada la Nautilus, al pie de la Machina, artsíticamente iluminado el barco con millares de bombillos eléctricos, franca la entrada para cuantos no habían podido antes visitar la corbeta, comenzaron á llegar coches, tranvías, automóviles abarrotados de gente, y á pié. A la hora es

El guardiamarina Ramón Vierna y Belando, premiado por el Ayuntamiento de la Habana por haber salvado á un náufrago con peligro de su vida.

taba lleno, intransitable todo el frente del muelle desde Luzá la Aduana, disputándose el público con ahinco el honor de estrechar la mano á los marinos y darles la despedida, satisfacción lograda por pocos, con relación á la masa general, que no la constituían menos de doscientas mil personas, que á media noche todavía no se había disuelto completamente.

[graphic][graphic]

Grupos de concurrentes á las honras fúnebres celebradas á bordo de la "Nautflus" el día 3 de Julio en memoria de los marinos muertos en el combate de Santiago de Cuba.

Como siempre la prensa cubana, redactada por veteranos de la guerra de Independencia, continua manteniendo el fuego sagrado de amor sincero á España, como o evidencia el siguiente artículo de un significado revolucionario:

[blocks in formation]

Cuando ahora quince ó veinte días se precipitaban jubilosas sobre la playa del Norte nuestras alegres muchedumbres; y hora tras hora lo mismo al asomar el sol su disco de oro por las puertas de Oriente que al descender á su ocaso envuelto entre la mortaja de la tarde, se detenían ansiosas en todo el litoral como queriendo distinguir allá distante. sobre la superficie de las aguas, las blancas lonas de la velera nave cuyo nombre dejamos escrito al frente de estas líneas, fuimos los primeros en censurar el aparente fanatismo que parecía envolver por el momento el espíritu viril de nuestro pueblo. Transcurrieron los días; días de ansiedad para unos y de zozobra para otros, debido á la tardanza del arribo á estas playas de los marinos españoles. En la Habana se había operado una transformación desusada y sorprendente.

Ya no recibían á la Nautilus aquellas muchedumbres inconscientes de los primeros días, todas nuestras clases sociales se habían puesto en fila; era como si se hubiera apoderado de las almas el sentimiento de la sangre, los corazones se habían fundido. A los españoles les movía el alma rendida de nostalgia, la bandera de su amor flotando en el mástil de la nave, mensajera orgullosa de su patria

A los cubanos les regocijaba la visita, la primera visita de la madre á la hija idolatrada después de sus bodas, y de figurar co no señora en el concierto de los pueblos libres del mundo. Pero por encima de todo este natural regocijo hay algo nuevo; flota algo superior en esta atmósfera de luz: esta conjunción de voluntades, esta cita que nos estamos dando cubanos y españoles; este desbordamiento de afectos sinceros y de amores grandes, sólo pueden ser sintetizados por el sentimiento de la raza, ese es el que manda, por él tiene el sol más fuego y el aire más aroma.

El alma de Cuba abatida por grandes infortunios que aun la tienen sujeta por manos extrañas, experimenta en estos momentos ura reacción bendita y saludable: le ha arrancado del pecho un ¡hossana! que ha resonado por la América sajona como eco plañidero de dolor, y por el mundo latino como ola bendita de amor, como la explosión de nuestros corazones.

No hay ideas en la mente ni elocuencia bastante en la pluma, para narrar con sus tonos y colores la grandeza del cuadro amoroso que en el altar de Cuba ha colgado la Nautilus. Abajo las bajezas y los odios: ¡Arriba, para siempre

[graphic][subsumed]

El Comandante y algu nos oficiales y guardias marinas de la "Nautilus', en el departamento de máquinas del "Diario de la Marina".

arriba la unión por el patriotismo y por el sentimiento de la raza. El funesto egoismo, los americanizantes codiciosos que hasta ahora han venido amenazando de muerte nuestra personalidad cubana, han frucido el ceño, iban palideciendo de horror y de vergüenza ante el colosal acto que reseñamos, cuya trascendencia ha repercutido en todo el mundo civilizado.

La unión de cubanos y españoles,-que nada ni nadie romperá-ha dicho en tono imperativo á los codiciosos que han venido á esta tierra á sacar de sus entrañas oro, á corromper nuestras costumbres, á dividir sus habitantes y á prostituir la conciencia popular, que la independencia de Cuba está como nunca asegurada; asegurada para ahora y para después, y para mientras impere en los pechos cubanos el amor y el patriotismo.

Néstor L. Carbonell.

Respecto del diario El Liberal que tanto se ha distinguido en la actual campaña de aproximación, véase el siguiente artículo editorial de hoy:

COTIDIANAS

Mañana hinchará sus blancas velas y partirá con rumbo á las playas británicas la corbeta española que Cuba entera estuvo muchos días aguardando con ansias indecibles; y recibió entre vítores y aclamaciones que aún vibran en las almas; y ha agasajado fraternal y delirantemente durante su estancia en nuestro puerto; y, por último, despedirá con honda, sentida é inmensa manifestación de afecto, testimonio vivo de nuestro pueblo al pueblo español, uno por la sangre, por el idioma, y por la historia.

Nosotros esperamos que si grande y hermoso fué el recibimiento que se hizo á la Nautilus, más grande y más hermosa sea la despedida...... Precisa que así resulte.

En ese acto debemos patentizar más si cabe, la sinceridad de la unión entre españoles y cubanos y la solidaridad de la raza.

¡Qué mares bonancibles conduzcan á la Nautilus al lugar que en su itinerario le corresponde, y hacia el cual se dirige!

Al darle nuestro adios, ponemos en la triste palabra cuanto de honrado palpita en nuestro ser; y, leal y noblemente, enviamos á España por conducto de los ilustres marinos que la comandan, el testimonio más espontáneo y más intensamente sentido de nuestro amor, de nuestro respeto, y de nuesto deseo de que el Dios de los buenos sea con ella y en el presente y en el porvenir disfrute de todas las venturas y de todas las grandezas de la tierra.

« AnteriorContinuar »