Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano: con frequente referencia al de los países de Hispano-America

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R. Roger y F. Chernoviz, 1914 - 713 páginas
 

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Pasajes populares

Página 230 - Cuentan de un sabio, que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas yerbas que cogía. ¿Habrá otro (entre sí decía) más pobre y triste que yo?
Página 32 - Tú das la caña hermosa, de do la miel se acendra, por quien desdeña el mundo los panales. Tú en urnas de coral cuajas la almendra que en la espumante jicara rebosa; bulle carmín viviente en tus nopales, que afrenta fuera al múrice de Tiro; y de tu añil la tinta generosa émula es de la lumbre del zafiro.
Página 433 - Amarrado al duro banco de una galera turquesca, ambas manos en el remo y ambos ojos en la tierra, un forzado de Dragut en la playa de Marbella se quejaba al ronco son del remo y de la cadena: "¡Oh sagrado mar de España, famosa playa serena, teatro donde se han hecho cien mil navales tragedias!
Página 292 - Sonar de la razón : libre es el hombre. Libre, sí, libre ; \ oh ! ¡ dulce voz ! mi pecho Se dilata escuchándote, y palpita, Y el numen que me agita De tu sagrada inspiración henchido...
Página 395 - Duque; porque el ejercicio de la caza de monte es el más conveniente y necesario para los reyes y príncipes que otro alguno. La caza es una imagen de la guerra: hay en ella estratagemas, astucias, insidias para vencer á su salvo al enemigo...
Página 351 - ¿No fue la herencia intelectual de Grecia y Roma, reclamada, después de una larga época de oscuridad, por el espíritu humano? Allí, allí tuvo principio este vasto movimiento político, que ha restituido sus títulos de ingenuidad a tantas razas esclavas; este movimiento, que se propaga en todos sentidos, acelerado continuamente por la prensa y por las letras; cuyas ondulaciones, aquí rápidas, allá lentas, en todas partes necesarias, fatales, allanarán por fin cuantas barreras se les opongan,...
Página 75 - ¡Ay! ¡Qué larga es esta vida, qué duros estos destierros, esta cárcel y estos hierros, en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa un dolor tan fiero, que muero porque no muero.
Página 426 - ¿Cómo subís por la montaña espesa del rígido Carmelo tan gallarda, que con descalzos pies no os acobarda del alto fin la inaccesible empresa?
Página 512 - La quinta noche, en fin, mi cruda suerte, queriéndome llevar do se rompiese aquesta tela de la vida fuerte, hizo que de mi choza me saliese por el silencio de la noche escura a buscar un lugar donde muriese.
Página 84 - El álamo de Alcides escogido fue siempre, y el laurel del rojo Apolo; de la hermosa Venus fue tenido en precio y en...

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