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tituló y fue reconocido Ar›zobispo Tarraconense: pero la Ciudad no consiguió en sus dias el restablecimiento, à causa de las incursiones de los enemigos, que en el año de 1108. destruyeron quanto hallaron hasta Villafranca, y quedó Tarragona desolada, como se ha referido.

3 No sabemos que ningun Obispo Ausonense procurase despues de Berenguer continuar el restablecimiento de Tarragona, ni lograr el titulo de Arzobispo. Ya es taba nuestra Sede separada de la Ausonense: pues aunque Berenguer la retuvo despues de hecho Arzobispo Tarraconense, fue interinamente por facultad Pontificia, mientras la Capital se restablecia en el estado antiguo, capaz de recibir y mantener al Arzobispo.

4 Tardó esto algun tiempo: pues quando S. Oldegario fue electo, era tan la mentable la desolacion de la Ciudad, que no solo habian nacido Hayas, Encinas, y otros grandes arboles dentro de las murallas, sino dentro de la Iglesia Catedral, como afirma el coetaneo Orderico Vital en el libro 13. de su

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Historia Eclesiastica , pag. 892. In Episcopali quippe Basilica quercus & fagi, aliæque procera arbores jam creverant, spatiumque interius intra muros urbis à priscis temporibus occupaverant, habitatoribus per immanitatem Sarracenorum peremptis seu fugatis qui eam dudum incoluerant.

5 Este infeliz estado muestra la rabia de los enemigos de la Fe contra la Ciudad è Iglesia de Tarragona, que no permitian volviese à la grandeza antigua, ni daban lugar à que habitasen sus ruinas muchos por mucho tiempo. Muestra tambien no haber tenido efecto el restablecimiento ideado desde el Pontificado de Urbano II. y del Arzobispo Berenguer, despues del qual yacía Tarragona en sus antiguas ruinas.

6 Llegó el tiempo en que empezase à respirar por solicitud del Santo Obispo de Barcelona S. Oldegario, que electo Arzobispo de Tarragona con retencion de la primera Iglesia hasta restaurar la nuestra; tomó à su cargo la empresa del restablecimiento con la eficacia correspon

diente à su gran zelo. Esta eleccion fue en el año de 1116. segun resulta por ver que en Enero del 17. obtuvo que el Conde D. Ramon Berenguer el III. hiciese donacion de Tarragona à la Sta. Iglesia, y à todos los que su cediesen à Oldegario en la en la dignidad de aquella Sede, expresando se la da para restaurarla, pues estuvo destruida y sin habitadores por largo tiempo, y le concede facultad de poder traer de qualquiera parte pobladores, y que vivan libremente, y sean gobernados segun las leyes y costumbres que le parezcan al Prelado mas convenientes.. Vease el Privilegio en el Apendice, donde el Conde expresa los terminos de la jurisdicion de la Ciudad: y la data fue à 23. de Enero del año 1117.

7 No expresa la Escritura el titulo de Arzobispo de Tarragona pero dice da la Ciudad à la Sede, y à Oldegario con todos los sucesores que gobernaren aquella Iglesia: lo que prueba tener ya el Conde nombrado al Santo Obispo de Barcelona para la Sede Tarraconense: y acaso no le expresa Arzobispo por

no hallarse todavia confirmado por el Papa: pues el mismo Santo en la Escritura que pondremos, del año 1128. intitulandose dispensador de la Iglesia de Tarragona por la dignacion divina, dice que el Conde le dió à él y à sus sucesores la Ciudad de Tarragona, y aqui no usa titulo de Obispo de Barcelona, porque, como Berenguer, solo se intitulaba por la Metropoli.

8 Al fin del año 1117. pasó el Santo à Roma, à dar la obediencia al Papa, y ser confirmado Metropolitano. Llegó à la Corte, quando estaba ya electo Gelasio II. desde el 25. de Enero del 1118. y pasó con él mismo à Gaeta, donde à 21. de Marzo confirmó su eleccion de Arzobispo Tarraconense, dandole el Palio, con la potestad correspondiente de consagrar los Obispos de la Provincia, y congregarlos à Concilios. Tambien confirmó el Pontifice la donacion que en el año antecedente le habia hecho el Conde de la Ciudad y Campo de Tarragona. Y como ya trataba el mismo Conde de alargar sus conquistas por la parte de Torto

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sa, previno el Papa que en logrando esta Ciudad, quedase como Parroquia de Tarragona, mientras la Capital llegaba à restablecerse del todo y que despues, recibiese Tortosa Obispo proprio, como le habia gozado antiguamente. Por lo mismo, de no hallarse bien restablecida la Diocesi de Tarragona, disdispuso el Papa, que el Arzobispo S. Oldegario mantuviese la Sede de Barcelona, has ta que la presente tuviese los Ministros correspondientes, con pueblo, y seguridad para vivir y mantenerse al modo que antes D. Berenguer retuvo la de Vique, por la misma necesidad.

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dad con tanta diligencia y eficacia, que el Episcopologio antiguo del Archivo de Barcelona citado de Domenec en la vida del Santo, dice que casi la reedificó. Trajo moradores que al mismo tiempo fuesen Militares, à fin que defendiesen las obras. Ya apuntamos el infeliz estado en que halló nacidos arboles dentro de la Catedral: y todo esto realza su eficacia en no desistir de tal empeño, sino vencerle con valor y constancia.

II El Papa Calisto II. (sucesor de Gelasio) celebró un Concilio en Tolosa por Junio del 1119. con asistencia de varios Cardenales, Arzobispos, Obispos, y Abades, que decretaron Canones muy saludables y uno de los Arzobispos fue nuestro Santo, que firmó la Synodal del Papa en esta forma : Oldegarius Tarraconensis Ecclesiæ dispensator, en segundo lugar despues del Papa, que presidió el Concilio.

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1 2 Tenia el Papa Gelasio convocado Concilio General para la Ciudad de Rems: pero sobreviniendole la muerte, le celebró el sucesor Calisto en el inismo año de 1119. à

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Oldegario, que empezó Obispo de Barcelona , y retenia esta Iglesia despues de gobernar la nuestra desde antes de aquel año 1119. como se ha visto.

trece de las Kalendas de No- te. Este fue nuestro Santo viembre. Pasó allá nuestro Metropolitano con el Papa: y tuvo el honor de predicar en tan respetable congreso con suma aceptacion: porque aunque lo corporal no era avultado, y su vida austera le traia macilento; prevalecia el espiritu, y su elegancia en las palabras, su erudicion, y religion, arrebató à los oyentes. Cooperó la materia: porque como los Principes del mundo no se con tenian en su esfera, escogió la prudencia del Santo el oportuno asunto de las dos dignidades Real, y Sacerdotal. Desempeñóle con el primor de unir lo sutil con lo profundo, tan acertadamente, que le oian con avaricia y codicia como afirma el Monge Orderico Vital en el lib. 12. de la Historia Eclesiastica bajo el año 1119. In novissimo Concilii die Barcinonensis Episcopus, corpore quidem mediocris & macilentus, sed eruditione cum facundia & religione præcipuus, subtilem satisque profundum sermonem fecit de Regali & Sacerdotali dignitate, quem summa cuncti qui percipere poterant, hauserunt avidita

13 Del mismo Santo con titulo de Arzobispo de Tarragona habla el mismo Orderico al principio del libro siguiente (13. de su Historia) diciendo que Tarragona era Metropoli, y presidia en ella el eruditisimo anciano Odelrico Arzobispo, el qual florecia quando el Conde Normano Rodberto se retiró à esta Ciudad, cumpliendo el Prelado tan exactamente su oficio, que le egercia por los varrios y aldeas de su Diocesi: Tarracona Metropolitana sedes erat, & Odelricus eruditissimus senex Archiepiscopus florebat, & in vicis burgisque Diocesis suce officium sibi injunctum exercebat. Ni estrañes el nombre de Odelrico, que salió mucho mas desfigurado en el Catalogo de los Obispos de Barcelona de Geronimo Pablo, donde en lugar del nombre de S. Oldegario imprimieron Megarius (Tomo 2. Hisp. illustrata pag. 847.) y en ambas partes

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consta por el tiempo y circunstancias , que hablan de S. Oldegario, elogiado por Orderico con el aplauso de eruditissimo, y por cuya disposicion expresa pasó à Roma el Conde Rodberto, co mo luego diremos sobre el año de 1128.

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14 Desde el 1118. en que el Rey de Aragon D. Alfonso I. alargaba felizmente sus dominios y se empeñó en conquistar la ilustre Ciudad de Zaragoza (como lo consiguió) andaba muy viva por todas partes la empresa de militar contra los Infieles, y el esfuerzo por parte de la Iglesia sobre alentar à todos à la guerra sagrada. El Papa Gelasio II. escribió al Egercito de los Christianos sobre Zaragoza, concediendoles perdon de las penas me recidas por los pecados si perseveraban hasta el fin, y à todos los que sirviesen con algo al Egercito, y à la re paracion de la Ciudad y Iglesia. En Tolosa huvo Concilio en el mismo año de 1118. para alentar à la guerra sagrada de España contra los Saracenos: Anno MCXVIII. Tolosa fuit Concilium, in quo confirmata est via de Hispa

nia,como expresa el Chronicon Maleacense en el To mo 2. de los Mss. de Labbe. El Concilio General Lateranense I. del año 1123. mandó, que volviesen à la Cru zada de Jerusalen, ù de España, los que antes tomaron las Cruces y las dejaron. El mismo cuidado huvo en otros Concilios sobre la guerra sagrada en España, que seña→ laban como satisfaccion de los pecados con las Indulgencias concedidas à los que iban à los Santos Lugares.

15 Sirve esta prevencion general para una particularidad en nuestro Metropolitano pues presidiendo en la Iglesia un Papa que sobre el comun empeño de esta sagrada expedicion tenia motivo particular para España (por haber estado acá, y ser tio del Rey de Castilla D. Alfonso septimo) no es de estrañar fomentase la sagrada expedicion con tal viveza, que desease alentar el Egercito con su misma presencia, como manifestó: pero no pudiendo cumplirlo, resarció el buen deseo, haciendo Vicario suyo y Legado à latere à nuestro Santo Oldegario. Para esto escribió à todos los

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