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enjuto porque lo bajo se bañaba. Traia sus mástiles y antenas de muy fina madera y velas de algodon del mismo talle, de manera que los nuestros navíos, y muy buena jarcia del dicho eneguen que digo, que es como cáñamo, y unas potalas por anclas á manera de muela de barbero.

Y traian muchas piezas de plata y de oro por el ario (1) de sus personas para hacer rescate con aquellas con quien iban á contratar, en que intervenian coronas y diademas y cintos y ponietes y armaduras como de piernas, y petos y tenazuelas y cascabeles y sartas y mazos de cuentas y rosecleres y espejos guarnecidos de la dicha plata, y tazas y otra vasijas para beber; traian muchas mantas de lana y de algodon, y camisas y aljulas (2) y alcaceres y alaremes y otras muchas ropas, todo lo mas de ello muy labrado de labores muy ricos de colores de grana y carmisí, y azul y amarillo, y de todas otras colores de diversas maneras de labores y figuras de aves y animales y pescados y arboledas; y traian unos pesos chiquitos de pesar oro, como hechura de romana, y otras muchas cosas. En algunas sartas de cuentas venian algunas piedras pequeñas de esmeraldas y cacadonias (3), y otras piedras y pedazos de cristal y ánime. Todo esto traian para rescatar por unas conchas de pescado de que ellos hacen cuentas coloradas como corales, y blancas, que traian casi el navío cargado de ellas.

Y vuelto este piloto al rio de San Juan adonde digo que habian quedado los capitanes con la buena nueva de la buena y llana tierra que habian hallado, se fueron

(1) tal vez avio.
(2) Será aljubas.
(3) Serán calcedonias.

Juego los dichos capitanes con navíos y gente derechos á la bahía de San Mateo, adonde digo que el cristiano habia entrado en los pueblos con los indios, y allí se les embarcaron y dejaron de dar en los dichos pueblos porque no hubo lugar de meter los caballos que llevaban por un estrecho que habian que pasar, y fuéronse por la costa adelante á dar en otro pueblo que estaba cuatro leguas de allí muy grande, que se dice Tacamez, y los capitanes y gente por tierra, y maestros marineros con los navíos por mar: salieron á los dichos navíos catorce canoas grandes con muchos indios, dos armados de oro y plata, y traian en la una canoa un estandarte (1), y encima de él un bolto (2) de un mucho deste (3) de oro; y dieron una vuelta á los navíos por avisarlos, en manera que no los pudiese enojar, y así dieron vuelta bácia á su pueblo, y los navíos no los pudieron tomar porque se metieron en los bajos junto á la tierra: y los capitanes y gente que venian por tierra no vieron nada de esto, y así se volvieron al pueblo de su salvo. Cuando los capitanes allegaron al pueblo hallaron toda la gente de él recogida hecha fuerte en una parte, puesto en recaudo sus mugeres y hijos, porque parece que tres dias (4) que tenia noticia de ellos. Y aposentáronse en otro pedazo del pueblo, y enviáronles ciertos mensajeros con los indios mansos que llevaban para que viniesen allí para hacer paz, y dijeron que otro dia vendrian á cierta hora y no vinieron; y tornáronles á enviar otra vez los mensajeros, y nunca volvieron los mensajeros ni ellos: y viendo los capitanes la mucha multitud de indios que habia, porque (1) El ms. ó en estandarte.

y

(2) Bulto.

(3) El ms. dice de un mucho desio de oro. (4) Quizá: porque tres dias habia.

era pueblo de mil y quinientas casas y estaban otros pue blos junto de que se recogian mas gente, y ellos no eran de ochenta hombres arriba sin los de los navíos para poder pelear, parecióles de retirarse, y así disimuladamente se salieron y embarcaron y vólvieron á una isla que está veinte y cinco leguas atrás, con acuerdo que el capitan Francisco Pizarro se quedase allí con los navíos y gente, y el capitan Almagro viniese con un navío á Panamá por cien hombres de socorro y algunos caballos y pertrechos para tornar á dar en el dicho pueblo: y llegado á Panamá no halló la gente ni socorro que hubo menester: compró un navío que estaba en el Nombre de Dios y envióle á la isla española para que de allí le llevasen gente. Y porque en este medio el capitan Pizarro y la gente que con él estaba no padeciese hambre ó otro peligro, enviáronsele dos navíos proveidos de bastimentos, el uno para que el capitan con la gente que hubiese fuese á descubrir con el piloto adelante lo que primero habia descubierto, todo lo que pudiese, y volviesen á cierto tiempo, y el otro navío trujese la gente flaca y otros que se quisiesen venir á reformar á Panamá en tanto que hubiese harta gente para ir de socorro.

Aquellos tres indios que digo que se tomaron en el navío, que se llevaron á los capitanes, tomaron nuestra lengua muy bien: parece que ellos eran de una tierra y pueblo que se dice Calangane: es gente en aquella tierra de mas calidad y manera que indios porque ellos son de mejor gesto y color y muy entendidos, y tienen una habla como arábico, y á lo que parece ellos tienen sujecion sobre los indios que digo de Tacamez y de la bahía de San Mateo, y de Nancabez y de Tovirisimi y Conilope y Papagayos, y Tolona y Quisimos y Coaque y Toncon

jes y Arampajaos, y Pintagua y Caraslobez y Amarejos, Cames, Amotopse, Docoa (1), todos pueblos de la dicha tierra llana que van descubriendo por la costa; y de todo lo otro de la costa en aquel pueblo de Calangone donde ellos son, hay cuatro pueblos juntos todos de un Señor, que son el dicho Calangone (2) y Tusco y Seracapez y Calango. Allí hay muchas ovejas y puercos y gatos y perros y otros animales, y ansares y palomas, y allí se hacen las mantas que arriba digo de lana y de algodon, y las labores y las cuentas y piezas de plata y oro, y es gente de mucha policía segun lo que parece: tienen muchas herramientas de cobre y otros metales con que labran sus heredades, y sacan oro y hacen todas maneras de grangería: tienen los pueblos muy bien trazados de sus calles: tienen muchos géneros de hortalizas, y tienen mucha órden y justicia entre sí: las mugeres son muy blancas y bien ataviadas, y todas por la mayor parte labranderas. Hay una isla en la mar junto á los pueblos donde tienen una casa de oracion hecha á manera de tienda de campo, toldada de muy ricas mantas labradas, adonde tienen una imágen de una muger con un niño en los brazos que tiene por nombre María Meseia: cuando alguno tiene alguna enfermedad en alguno miembro, hácele un miembro de plata ó de oro, y ofrécesela, y le sacrifican delante de la imágen ciertas ovejas en ciertos tiempos.

Y la otra relacion que á V. A. se envió que habia en viado Pedro Arias de Avila, de las bocas de huego (3) y lagunas, se hallaron en esta misma costa de la tierra fir

(1) Se ve claramente que los nombres de estos pueblos estan estropeados ó por el autor de la relacion ó por los copiantes. (2) Aquí dice el ms. Calangome.

(3) Será fuego.

me á la parte del poniente en la dicha mar del Sur; y como esto otro que arriba se dice del Perú es á la parte del Oro de la ciudad de Panamá, esto otro de las lagunas es á la parte del poniente, y todo en la misma costa, y Ilámase la provincia Nicaragua, y todo es en las espaldas de la tierra firme en la otra mar del Sur; y esto parece por las relaciones que á S. M. se han enviado, y así se enviará á V. A. de todo lo que viniere, porque su embajador dice que V. A. es de ello instruido-Juan de Samanos (1).

RELACION

del descubrimiento y conquista de los reinos del Perú, y del gobierno y órden que los naturales tenian, y tesoros que en ella se hallaron y de las demas cosas que en él han subcedido hasta el dia de la fecha. Hecha por Pedro Pizarro conquistador y poblador destos dichos reinos y vecino de la ciudad de Arequipa. Año 1571.

(Este manuscrito fué del Dr. Martinez del Villar rejente de la Diputacion de Aragon, quien pudo conocer al autor de la relacion y copiarla de su original. Franqueóle á D. Martin Fernandez Navarrete el consejero de Guerra y Marina D. Gerónimo de la Torre Trasierra, el cual por haber cotejado la letra de dicho Villar asegura que va firmado de su mano)

A la Sacra Católica Real Majestad del Rey D. Felipe nuestro Señor, Pedro Pizarro su menor vasallo. Muchos son catolicísimo y clementísimo Príncipe los

(1) Juan de Sámanos era Secretario de Carlos V.

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