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TRASLADO AUTORIZADO

de la requisitoria y autos y confesiones del Baron de Montiñi, tomadas por el alcalde de corte Salazar en el alcázar de Segovia ante el escribano Bernaldo de Izmendi año de 1569 (*).

TRASLADO DE LA REQUISITORIA Y AUCTOS Y CONFISIONES DE MONTIGNI.

Este es un treslado bien y fielmente sacado de una requisitoria det Excmo. Señor Duque de Alba, Lugarteniente, Gobernador y Capitan General en los Estados de Flandes por S. M. contra Flores de Monmorenci, Señor de Montigni, preso en los alcázares de la ciudad de Segovia, con las confisiones y autos por virtud della hechos por el señor Licenciado Salazar del Consejo de S. M. y alcalde de su casa y corte, y el poder que otorgó el dicho Montigni, su tenor de lo cual es este que se sigue.

Don Fernando Alvarez de Toledo Duque de Alba, Marqués de Coria, Conde de Salvatierra, del Consejo d'estado de S. M., su Mayordomo mayor, Lugartenien

(1) Despues de publicados sobre el Baron de Montigny los documentos que se leen al fin del tomo anterior, hemos recibido del archivo de Simancas el presente que insertamos ahora.

por el dicho de Montigni cada dia al dicho vicario diversas escandalosas disputas de la anciana religion despreciándola tanto cuanto él podia, y especialmente de los sacrificios y cirimonias de la iglesia, en presencia de gentes legas, ansí gentiles hombres que otros, y ansimismo delante de los soldados de su cargo; y por no lo poder sufrir el dicho vicario se retiraba algunas veces de su tabla y compañía: trabajando demás de esto en su gobierno promover en oficios de justicia los herejes notoriamente disfamados y reputados por tales, y principalmente de colocar en el estado de preboste de la dicha Tornay al señor de Bas, presentemente preso en Bilborde, y asimismo de poner en el oficio de procurador principal de la dicha villa un otro hereje nombrado Pasquier de la Barre, habiendo antes por crímen de herejía sido por los comisarios de S. M. destituido de procurador fiscal de S. M.: diciéndose cada dia por el dicho Montigni palabras desacatadas en desprecio de la persona de S. M.

Que al dicho comienzo de las revueltas habiendo dos canónigos de Tornay avisádole que en muchas partes habian comenzado á predicar y hacer ejercicios de las nuevas sectas, y que si él no ponia remedio todo se perdería, el dicho Montigni les dijo sobre esto en efeto estas palabras: ¿ pensais vosotros defender los sermones? no, no mas. Yo os hago saber que hay cuarenta ó cincuen ta mil hombres para los defender.

Que al comienzo de los dichos sermones gran número de gentes se hallaron en un bosque junto al castillo de Tornay, y al volver, habiendo cinco ó seis mancebos compañeros de entre los que venian del sermon para entrar al dicho castillo por la puerta falsa dél, contra la voluntad de los que guardaban la dicha puerta, usando

los dichos hombres de fuerza, por lo cual uno de los dichos soldados les dió con un baston de su alabarda por les estorbar la dicha entrada; el dicho de Montigni, viendo esto se enojó contra el dicho soldado y mandando que los dejasen entrar á aquellos hombres y haciéndoles venir á hablarles sobre la muralla del dicho castillo; y entendiendo que ellos venian del sermon de sectarios y de oir la palabra de Dios como ellos dicen, y que habia habido de dos ó tres mil personas en su compañía, el dicho de Montigni replicó que era aquello bien hecho, haciéndoles llevar por un su paje al través del dicho castillo hacia la villa porque no les hiciesen mal; y despues haciendo venir delante dél al dicho soldado y le demandando por qué él habia dado á los dichos mancebos queriendo entrar en el dicho castillo, y siéndole respondido que ellos habian querido entrar por fuerza, el dicho Montigni le dijo: bellaco, y tomó la dicha alabarda y dió con ella al dicho soldado muchos golpes; y tomando despues á un su paje un arcabucejo el dicho le sacudió al dicho soldado tres ó cuatro golpes sobre la cabeza has. ta que le hirió, y sobre esto le hizo poner preso, teniéndole en prision diversos dias.

Y ansí mismo que el dicho de Montigni habia sido negligente de hacer debida correccion y justicia de los dichos herejes, y entre otros de tres principales de entre ellos detenidos en la prision del dicho castillo, que eran Maestre Juan de Latre, Nicolas Tafin y el Gasier, sobrenombrado Espungales, habiendo echado cierto escrito por la primera puerta en el dicho castillo que contenia que el Gobernador, Castellano y otros del dicho castillo tuviesen cuenta de lo que hacian, que los dejasen vivir en libertad y usar de los dichos ejercicios, ó en falta de

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llo que ellos harian de los dichos del castillo lo que ellos entendian hacer de los dichos herejes, y que para efectuar esto, ellos estaban ya puestos con muchos millares de hombres los cuales tres presos fueron despues por el dicho de Montigni sueltos de la prision con grandísimo escándalo de todos los buenos y contra los placartes, con solo haberles mandado hacer cierta lijera y simple enmienda, privándoles de sus oficios y que no saliesen de la dicha villa por cierto tiempo. El cual Tafin ha sido despues uno de los principales autores de las rebeliones y emociones subcedidas. Ansí mismo el dicho Espingales, habiendo sido por razon de los dichos sediciosos escritos condenado á muerte, quedando siempre obstinado en su herejía, despues siendo por el dicho Montigni puesto en libertad se ha huido de su tierra y venido á peor estado que antes. Tambien se halla que si el dicho de Montigni hubiera querido estorbar los dichos alborotos dentro de los límites de su gobierno, ellos no fueran jamás acontecidos ni tantas almas perdidas por causa de los dichos sermones y profisiones de las dichas nuevas sectas por él toleradas y aprobadas.

Que el dicho de Montigni estando en la dicha villa de París para pasar á España se adelantaba á decir á uno de su compañía que el dicho Conde de Hornes y el Conde de Niumar y otros sus amigos tenian apercibidos buena cantidad de caballos para asistir al Condestable de Francia y á los suyos contra los de la casa de Guisa, y que estaba muy seguro de que otro tanto harian ellos por el dicho Conde su hermano y sus confederados en caso que los hubiesen menester para sus propios negocios.

Que el dicho de Montigni estando en España escribió al dicho Alonso de la Loo, entre otras cosas estas pala

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