Historia de la conquista de Méjico, poblacion y progresos de la América septentrional, conocida por el nombre de Nueva España, Volumen 3

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Pasajes populares

Página 30 - ... estos sus taladros iguales á poca distancia , y por ellos pasaban de un árbol á otro diferentes varas , ensartando cada una por las sienes algunas calaveras de hombres sacrificados; cuyo número , que no se puede referir sin escándalo , tenian siempre cabal los ministros del Templo , renovando las que.
Página 32 - ... de cortinas. Era de figura humana, y estaba sentado en una silla con apariencias de trono, fundada sobre un globo azul que llamaban cielo, de cuyos lados salian cuatro varas con cabezas de sierpes, á que aplicaban los hombros para conducirle cuando le manifestaban al pueblo.
Página 141 - Sosegados aquellos rumores que llegaron á ocupar todo el cuidado, sintió Motezuma el ruido que deja en la imaginacion la memoria del peligro. Empezó á discurrir para consigo el estado en que se hallaba ; parecióle que ya se...
Página 33 - ... de este género y opulencia ocho templos en aquella ciudad, siendo los menores mas de dos mil, donde se adoraban otros tantos ídolos, diferentes en el nombre, figura y advocacion.
Página 131 - ... la vileza de nuestro sufrimiento? Nosotros, que nacimos á las armas y ponemos nuestra mayor felicidad en el terror de nuestros enemigos , ¿ concedemos la cerviz al yugo afrentoso de una gente advenediza?
Página 35 - Motezuma de mayor grandeza y variedad, con habitación capaz de su persona y familia, donde residían sus cazadores y se criaban las aves de rapiña, unas en jaulas...
Página 187 - Poco ha que aguardábamos á nuestros enemigos con esperanzas de vencerlos al reparo de esa ribera ; ya los tenemos descuidados y desunidos, militando por nosotros el mismo desprecio con que nos tratan. De la impaciencia vergonzosa con que desampararon la campaña, huyendo esos rigores de la noche, pequeños males de la naturaleza , se colige cómo estarán en el sosiego unos hombres que le buscaron con flojedad y le disfrutan sin recelo.
Página 188 - ... nuestras victorias ; suya la tierra que habeis conquistado con vuestra sangre : suya la gloria de vuestras hazañas ; y lo peor es que con el mismo pie...
Página 42 - Era correspondiente á la suntuosidad y soberbia de sus edificios el fausto de su casa, y los aparatos de que adornaba su persona para mantener la reverencia y el temor de sus vasallos ; á cuyo fin inventó nuevas ceremonias y superfluidades, enmendando como defecto la humanidad con que se trataron hasta él los reyes mejicanos.
Página 133 - Esa libertad aparente de que le veis gozar estos dias, no es libertad, sino un tránsito engañoso, por el cual ha pasado insensiblemente á otro cautiverio de mayor indecencia, pues le han tiranizado el corazon, y se han hecho dueños de su voluntad, que es la prision mas indigna de los reyes.

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