M.ª Reyes Rocío
Editora y correctora de profesión, apasionada de la inteligencia artificial.
Todavía sueña con crear un escritor automático que redacte las historias que tiene en la cabeza. Fue a la universidad para aprender a cuidar documentos; decidió volver al instituto después porque los másteres eran muy caros —para no garantizar nada—. Así se metió, por accidente, en Diseño Gráfico, donde comenzó a maquetar, corregir y escribir en publicidad. No le entusiasmaba demasiado, le gustan más los libros y los artículos científicos. Así que siguió formándose y, ahora, aparte de editar documentación, revisar traducciones y corregir manuales, se dedica a guiar a autores noveles que quieren autopublicarse.
Escribe desde los deiciséis años, cuando decidió construir historias. Ha desarrollado algunas series de relatos que ha publicado en su web en formato de libre acceso: Cosas del domingo, Pies descalzos, y algún relato corto más. No le gusta seguir las normas, algo muy natural en ella.
Por otro lado, no ha ganado ningún premio literario —algo normal, porque no se ha presentado a ninguno—. Ninguna editorial ha aceptado trabajar con un manuscrito suyo, tampoco lo ha rechazado —no ha hecho el esfuerzo de enviarlos—. Su filosofía de vida se basa en el yo me lo guiso, yo me lo como. A veces, puede parecer gruñona cuando le hablas del sector, pero no muerde.
Le gusta jugar con Transformers, no los robots, sino los de redes neuronales.
María Benítez Acosta
Bibliotecaria gallega especializada en cómic y literatura juvenil. Le encantan los tebeos, los libros del siglo XIX y descubrir obras de autoras que no sabía que existían. Durante años, estuvo escribiendo en blogs sobre el mundo de la Información y la Documentación, como Biblogtecarios (https://www.biblogtecarios.es/) o el desaparecido RecBib. Igualmente, pasó mucho tiempo redactando los innumerables temas que necesitaba saber para aprobar las oposiciones. Tras conseguir su plaza, finalmente, ya tiene tiempo libre para desarrollar sus propios mundos y proyectos literarios y artísticos.
Actualmente, trabaja en una Biblioteca Pública del Estado como coordinadora de la Comicteca y el Espacio Joven, donde dirige un taller de escritura creativa quincenal para gente entre catorce y veintinueve años y un club de lectura de cómics. Ambas le están resultando actividades muy enriquecedoras que espera mantener activas durante muchos años. Además, decidió tomar las riendas del taller de Escríbeme, Cerveza cuando Reyes decidió tomarse un descanso.
Colabora, además, en el canal de Youtube Biblioteconecta, que centra su contenido en el mundo de las bibliotecas y la literatura. Un espacio de diálogo y muchas risas.
Está felizmente casada y vive con su marido —y quizá con demasiados peluches— en un piso probablemente repleto de libros.
Iván Escudero Barragán
Nació en 1985, arruinándole la cena de nochebuena al personal de guardia del ala de maternidad del Hospital de La Paz, en Madrid. Fue solo un adelanto de los desaguisados que iba a causar. Se podría decir mucho de su turbulenta infancia a lo largo de los locos años noventa y todavía más de su caótica adolescencia a bordo de los disruptivos años 2000; por desgracia, queda fuera del alcance de este breve apunte biográfico.
En 2011, se licenció en Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y ha ejercido desde entonces distintos trabajos de perfil jurídico. Más allá de estos empleos alimenticios, su verdadera vocación es contar historias, desde la crónica de un viaje hasta un relato de ciencia ficción o una píldora divulgativa. Una buena historia hace nacer en él la necesidad de compartirla.
En 2019 comenzó a participar en el taller de escritura creativa, dirigido y coordinado por Reyes, con el que ha asumido el reto de mejorar poco a poco su escritura.
Actualmente, escribe relatos cortos en el blog La Trastienda de las Historias Perdidas, junto con Aránzazu. Además, mantiene un canal de YouTube orientado a la divulgación científica, El Rincón de Ivo, donde publica cada vez que el universo se lo permite.
Nadie, y menos él, sabe qué le deparará su colaboración con la revista Invernasímil; eso es algo que tú, como lector, deberás descubrir.
Aránzazu Zanón Carrasco
Le apasionan las historias desde que comenzó a leer, pero ya imaginaba mundos desde mucho antes; comenzó a escribir sobre ellos a los nueve años. Estudió en la universidad con la idea de ser bibliotecaria; pero la vida la ha llevado a trabajar en algo muy diferente, como administrativa en una empresa pequeña, donde puede aplicar sus conocimientos sobre archivística.
Como escritora, es su mayor crítica y siempre ha escrito para ella, sin esperar que otros leyeran sus historias. Fue en la universidad cuando, en colaboración con dos amigas, empezó a publicar algún relato en un blog. Con el tiempo, ha ido madurando la idea de participar en concursos literarios e intentar publicar de manera más formal. Esto la ha animado a enviar relatos a dos concursos.
En abril de 2021, comenzó un proyecto colaborativo, La Trastienda de las Historias Perdidas, donde publica relatos cortos y con el que continúa en la actualidad. A finales de 2022, se convierte en una de las fundadoras de la revista Invernasímil, dando un paso más en su carrera como escritora.
Aunque actualmente solo publique historias cortas, tiene en su haber varios manuscritos de mayor longitud que, en un futuro, tiene planteado publicar.
Carles Savall Manzano
Dentro de mí hay un monstruo que gruñe por salir. Por salir del trabajo y ponerse a escribir, claro. Anhelo cada domingo por la tarde en el que el taller se reúne y puedo dar rienda suelta a mi creatividad, porque lo que me gusta, lo que me gusta de verdad, es ser creativo.
Puede que haya estudiado ciencias. Puede que a altas horas de la noche me encontréis saltando de página en página de Wikipedia, encadenando conceptos. Todo lo que aprendo, persigue mi objetivo de imaginar cosas cada vez más fascinantes y maravillosas. Descubrir cómo es la realidad me apasiona y espero dotar, algún día, de credibilidad a algún relato inaudito, más allá de todo lo conocido.
Cuando leáis algún relato mío, imaginadme al lado del segundo párrafo, donde estaré agazapado observándoos y controlándoos, pendiente de que no lo dejéis a medias. Mirando como vuestras pupilas se desplazan por las líneas y teniendo lista mi lanza para pincharos si pestañeáis demasiado… o si os dormís.
El resto de mi tiempo lo invierto en mis pasiones: leer, el cine, dibujar y los juegos de mesa… y en muchas otras más; porque, como una pasión más, no puedo evitar buscar nuevas aficiones.
Deseo que encontréis tiempo para las cosas que os gustan y espero que, después de leerme, yo ocupe un pedacito de ese tiempo.