Formación para la función directiva en centros docentes

En las sociedades occidentales, las características generales de los Centros Docentes y de los Equipos Directivos dentro de ellos han cambiado mucho en las últimas décadas. A ello han contribuido tanto los avances tecnológicos como las modificaciones de tipo cultural y social que se han sucedido de modo vertiginoso.

Estos procesos han producido diversos resultados. A la vez que se implantan formas nuevas de trabajar, como las pizarras digitales, que se dispone de herramientas tecnológicas al servicio de la labor directiva y gestora, programas de gestión de faltas de asistencia, de elaboración de horarios, los formularios electrónicos o las PDA’s, se presentan otros factores menos deseables como la pérdida de respeto general del alumnado hacia los profesores, las dificultades de integración de alumnos procedentes de distintos países y contextos culturales y la precariedad misma de la función docente desde el punto de vista de la carrera profesional y de la retribución económica. Todos estos factores y muchos otros cuya enumeración no pretendemos agotar aquí, acaban incidiendo en la tarea de gestión que el Equipo Directivo tiene que llevar a cabo en el Centro docente.

No todos estos resultados traen consigo consecuencias deseables para la persona que trabaja y para el entrono educativo y social. Muchos de ellos producen situaciones conflictivas, que causan insatisfacción y disgusto a los profesores/as y que obligan al Equipo Directivo a hacerles frente para garantizar una gestión adecuada. Muchos autores han dado un enfoque individual al análisis la gestión que el Equipo Directivo lleva a cabo en un Centro. Se trataría así de una especie de liderazgo individual que algunos profesores están más capacitados para poner en práctica. Sin embargo esta explicación resulta simple pero poco realista. Por el contrario, nosotros consideramos, junto con muchos otros autores, que no se trata simplemente de una serie de relaciones bidireccionales, que el Director o el Jefe de Estudios tienen con cada uno de los profesores, sino que se trata del desarrollo de un auténtico Equipo de trabajo, que sea capaz de enfrentar y resolver los problemas con una perspectiva integral. Por ello se entiende que la gestión que desempeña el Equipo Directivo en el Centro Educativo es un proceso psicosocial, donde el Liderazgo educativo tiene un papel clave.

Esto quiere decir que es un resultado que se encuentra, por decirlo así, en un cruce de caminos. En él convergen aspectos personales de los directivos y del resto de los profesores, pero también una multiplicidad de factores técnicos y también sociales, en el plano del grupo de trabajo, del Centro Educativo, de la Comunidad inmediata y de la sociedad toda. De hecho, por tratarse de un fenómeno de estas características se debe hacer de él un análisis multidisciplinar, que tome en consideración las perspectivas psicosociales, educativas y sociológicas que implica.

Las personas que aspiran a formar parte de los Equipos Directivos y, en particular, a ejercer el papel de Directores del Centro Docente necesitan pues una formación especializada para la función directiva y una actualización constante. En concreto, en España, a estos efectos se ha desarrollado recientemente un marco normativo regulador de dicha formación, que se recoge en el Real Decreto 894/2014, de 17 de octubre (BOE del 7 de noviembre de 2014). A estas recomendaciones pretende responder la presente obra.

Los tres primeros capítulos reflexionan sobre los fundamentos teóricos de la función directiva. En el primero de ellos, Carlos Orbis Espada analiza la función directiva desde el punto de vista histórico y normativo. En el segundo, Cristina García-Ael y Fernando Molero revisan las teorías del liderazgo y exponen sus aplicaciones actuales al contexto educativo y en el tercero, Juan Antonio Moriano y Ana Laguía González desarrollan la importancia de la inteligencia emocional en el desempeño de la labor del Equipo Directivo.

A continuación nos acercamos al ejercicio cotidiano de la función directiva. Carlos Orbis expone, en el cuarto capítulo, los procedimientos administrativos que se ejecutan diariamente en los centros, con especial referencia a la gestión económica, las reclamaciones de calificaciones y la aplicación de normas de convivencia. En el capítulo quinto, Juan Antonio Morales expone las consideraciones relativas a las relaciones entre el Centro Docente y la Administración educativa, con especial referencia a la gestión del Personal docente y del Personal de Administración y Servicios. En el sexto capítulo, Juan Antonio Morales se centra en las herramientas tecnológicas que permiten la gestión cotidiana de los procesos del Centro Docente.

Los capítulos siguientes analizan diversos aspectos necesarios para preparar o desempeñar la función directiva, desde una perspectiva eminentemente aplicada. En el séptimo capítulo, Antonio Montero enfoca el diseño del Proyecto de Dirección, analizando un modelo completo de proyecto y orientando al lector sobre aspectos referidos al análisis y diagnóstico de las situaciones del centro, las áreas de mejora, los objetivos o los planes de actuación. Los capítulos octavo y noveno están centrados en dos aspectos claves de la función directiva. Enrique Cerezo expone los principios teóricos y desarrolla aplicaciones de la figura del líder - coach en el centro docente. Juan Antonio Moriano extiende el desarrollo de las competencias emocionales a la gestión de todo el Equipo Directivo. José Luis Caeiro e Irene Jiménez, en el capítulo décimo, revisan los principios psicosociales del plan de acogida y proponen su aplicación a la recepción de los nuevos profesores en los Centros docentes. El último capítulo de esta sección analiza un aspecto que consideramos muy importante en la vida de los Centros docentes, que es su participación en los Programas Educativos Europeos. Alejandro Cid aborda esta temática con precisión y desde una perspectiva práctica para orientar la toma de decisión en la participación en estos programas.

El último grupo de capítulos recoge algunos temas emergentes, sobre los que iniciamos la reflexión recientemente. En el capítulo duodécimo, Gabriela Topa esboza los principios que vinculan la cultura organizacional del centro docente con los principios de calidad educativa. Finalmente, Irene Jiménez expone las reflexiones recientes sobre el desarrollo de carrera y la jubilación de los equipos directivos y del personal docente en general, tomando en consideración que la función directiva se ejerce por lo común, en las etapas más avanzadas de la carrera laboral.

El material que ofrecemos no es un recetario para resolver las múltiples dificultades que los Equipos Directivos tienen que enfrentar a diario. La problemática es tan compleja que necesita una constante acomodación y adaptación a los cambios que en todos los aspectos afectan esta tarea. Podríamos haber incluido muchos otros temas pero optamos por un planteamiento más sencillo y accesible de la función directiva. Los colaboradores se han alejado conscientemente de realizar un texto puramente académico o meramente técnico. Lo que buscamos ofrecer es un ámbito de reflexión, una mirada que permita profundizar sobre ese trabajo, tarea o arte que es liderar un equipo de profesores/as.

Esta obra es el fruto de la colaboración de expertos de diferentes ámbitos, con experiencias personales y trayectorias profesionales que avalan su colaboración y que convergen aquí en un intento por contribuir a la formación de los profesores que ya ejercen o que aspiran a ejercer la función directiva en los centros docentes. A todos nuestros lectores, muchas gracias.

Gabriela Topa y José Luis Caeiro