Todas las mañanas del mundoEspasa, 13 may 2008 - 14 páginas Al cumplir diecisiete años, Marais le pide a Sainte-Colombe que sea su mentor. Éste se queda impresionado de su dominio de la técnica, pero advierte a su discípulo que su interpretación carece de algo fundamental para ser un músico excepcional: alma. |