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Editorial Atlántida, 1925
 

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Página 198 - Ob. cit., pág 88. a las criadas ya los chicos puestos en fita por estaturas, de mayor a menor, ya Gustavo, con la manga de riego en la mano, dando a todos, vestidos a la ligera, una ducha monumental (12). Episodio éste que recuerda hechos análogos de Valeriano, con-tados por su propia hija Julia, que narra su ida al colegio en Avila: muy tempranito, y después de habernos...
Página 88 - Elementos, que el vientre entonces bien disciplinado buscó satisfacción y no hartura, y estaba la garganta sin pecado: del mayor infanzón de aquella pura república de grandes hombres, era una vaca sustento y armadura. No había venido al gusto lisonjera la pimienta arrugada, ni del clavo la adulación fragante forastera. Carnero y vaca fue principio y cabo, y con rojos pimientos y ajos duros, tan bien como el Señor comió el esclavo.
Página 198 - La última vez que le vi fue de un modo original... A eso de las nueve de la mañana me despertó mi cuñado y me dijo: «¿Tú crees que nuestros vecinos descuidan la limpieza? Pues ven conmigo y verás.» Me levanté a escape, salimos al minúsculo jardín y me llevó a la tapia medianera del de la casa de Bécquer. Subidos en sillas atisbamos por entre las hojas de la hiedra y vimos..., vimos a las criadas ya los chicos puestos en fila por estatu(1) Mis primeros ochenta años (Memorias), Madrid,...
Página 88 - ... oír, fuma que te fuma tagarninas de a cuarto. Chismes. Chascarros. Envidiejas noveladas. Sueños hiperbólicos. Y una fraseología nada académica, hibridez de timos, interjecciones y disonancias. Algunas tardes se encaminaba el gran espectador a los Campos Elíseos, situados cerca de la Puerta de Alcalá, casi frente a las tapias del Retiro, sitio ameno, de múltiples distracciones populares: tiovivo, un laberinto perdedero de amores, cierto...
Página 47 - Filocalia, era cursi todo lo que entrañaba "una desproporción evidente entre la belleza que se quiere producir y los medios materiales que se tienen para conseguirla". Con arreglo a esta definición, la cursilería era el "quiero y no puedo" de las elegantes de la clase media que trataban de seguir las modas y de imitar a la aristocracia en trajes, diversiones y viajes, y que— como dice Gutiérrez Camero en Mis primeros ochenta años — "en la copia de las elegancias...
Página 24 - ... un vaporcito que hacía la travesía a La Coruña, sucesor de otro llamado El mosquito, no sé si desguazado o naufragado. Es posible que alguno de estos barcos hubiera ofrecido en tiempos algún espectáculo durante el viaje, porque recuerdo una copla, bastante antigua y muy inspirada, que decía: Por una peseta se va en el vapor, se come, se bebe y se ve la función.
Página 175 - España (¡con qué gusto decíamos lo de la ex reinal), inspiraba doña Isabel cierta lástima, no por su castigo, sino por su desengaño. Una mujer inconsciente, mal educada y pésimamente dirigida, no exenta de los prejuicios absolutistas que le llegaron por herencia espiritual de su señor padre; que hace lo que le sale del pecho sin que nadie le vaya a la mano, como por su propio querer, y, además, con un marido falto de seso y de condiciones varoniles para imponerse y ser el amo, ¿qué mucho...
Página 81 - Presencié la caminata de la Reina hacia el templo de Atocha, seguida del aparato de la corte en las ocasiones solemnes, a que se juntaban las aclamaciones de la muchedumbre y el estampido del cañón, y oí los gritos ¡a Tánger, a Tángerl que proferían belicosos ciudadanos.
Página 81 - Caceta extráordinaria, que desde las seis se vendía por las calles. El repique de campanas y grupos de gentes que recorrían, de un lado para otro, todos los puntos céntricos de la capital dando vivas a España y al Ejército, mostraban de qué manera fué acogida la victoria.
Página 81 - Días después, cuando las tropas que regresaron de Africa hicieron su entrada en Madrid, se repitió la ovación con el mismo ardor, no sólo a los soldados, sino también con igual frenesí a Prim ya O'Donnell.

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