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Editorial Minerva, 1928 - 272 páginas
 

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Página 117 - ... victorias de que no podemos formar imagen : todavía entonces, si el sentimiento colectivo de la América libre y una no ha perdido esencialmente su virtualidad, esos hombres, que verán como nosotros en la nevada cumbre del Sorata la más excelsa altura de los Andes, verán, como nosotros también, que en la extensión de sus recuerdos de gloria nada hay más grande que Bolívar.
Página 171 - Estaba sentado en una pobre silla de vaqueta, recostado contra la pared de un pequeño huerto, atada la cabeza con un pañuelo blanco, y sus pantalones de jin que me dejaban ver sus dos rodillas puntiagudas, sus piernas descarnadas, su voz hueca y débil y su semblante cadavérico. Tuve que hacer un grande esfuerzo para no largar mis lágrimas y no dejarle conocer mi pena y mi cuidado por su vida.
Página 171 - Mosquera— y encontré al Libertador ya sin riesgo de muerte del tabardillo, que había hecho crisis; pero tan flaco y extenuado que me causó su aspecto muy acerba pena. Estaba sentado en una pobre silla de vaqueta, recostado contra la pared de un pequeño huerto, atada la cabeza con un pañuelo blanco y sus pantalones de jin, que me dejaban ver sus dos rodillas puntiagudas, sus piernas descarnadas, su voz hueca y débil y su semblante cadavérico.
Página 142 - A los quince días volví en mi juicio, y ya había sanado perfectamente de cuatro sangrías, diez mil ventosas y multitud de cáusticos que me habían puesto...
Página 115 - Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Página 177 - Soldados: Los enemigos que vais a destruir se jactan de catorce años de triunfos; ellos, pues, serán dignos de medir sus armas con las vuestras, que han brillado en mil combates. Soldados: El Perú y la América toda aguardan de vosotros la paz, hija de la victoria, y aun la Europa liberal os contempla con encanto, porque la libertad del nuevo mundo es la esperanza del universo. ¿La burlaréis? ¡No! ¡No! Vosotros sois invencibles.
Página 177 - ¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encargado a los hombres : la de salvar un mundo entero de la esclavitud. ¡Soldados! Los enemigos que debéis destruir se jactan de catorce años de triunfos: Ellos, pues, serán dignos de medir sus armas con las vuestras, que han brillado en mil combates.
Página 81 - Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de la América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables.
Página 173 - Dicen que soy difuso; mejor diría que no era correcto, pues realmente no lo soy por precipitado, descuidado e impaciente: no sé cómo pueda ser difuso, un hombre impaciente y precipitado. Yo multiplico las ideas en muy pocas palabras, aunque sin orden ni concierto.
Página 174 - Yo soy gobernante de Colombia y no del Perú; las leyes que me han dado para regirme y gobernar la República nada tienen que ver con el Perú, y su naturaleza no se ha cambiado porque el presidente de Colombia esté mandando un ejército en ajeno territorio.

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