La liturgia de las horas: teología y espiritualidad

Portada
Centro De Pastoral Liturgic, 2003 - 203 páginas
Treinta años después de la reforma conciliar, es necesario un replanteamiento teológico y espiritual del sentido de la Liturgia de las Horas. Para quienes están “obligados” a su rezo y también para los laicos que quieren incorporarla a su vida cristiana.

Dentro del libro

Páginas seleccionadas

Índice

Presentación
7
I Teología litúrgica de la Oración de las Horas
25
El carácter eclesial de la oración litúrgica
40
Riquezas divinohumanas de la oración eclesial
49
Santificación y culto en el Espíritu Santo
60
II
67
Una teología de la oración a partir de la Dei Verbum
68
La sinfonía de la oración de los cristianos
75
Textos de maestros espirituales contemporáneos
147
67
151
Orientaciones generales para vivificar la celebración
155
Indicaciones pastorales sobre los salmos en la liturgia
158
Liturgia de las horas y año litúrgico
164
Textos de maestros espirituales contemporáneos
170
Espiritualidad de la Liturgia de las Horas
173
Oración litúrgica y existencia cristiana
176

III
79
Oración de la Tradición riqueza bíblica valor mistérico objetivo
84
La Iglesia primitiva entre la creatividad de nuevos textos y el Salterio
126
Principios y realizaciones de la nueva liturgia de las horas
134
De los principios a las realizaciones prácticas
141
Un camino de oración y de compromiso
185
Conclusión
191
Sumario
199
Una oración para el tercer milenio
Página de créditos

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 63 - No obstante, la liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, todos se reúnan, alaben a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la cena del Señor.
Página 73 - Sin embargo, fue voluntad de Dios el santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le confesara en verdad y le sirviera santamente.
Página 70 - en los Libros Sagrados el Padre, que está en el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos
Página 54 - El Sumo Sacerdote de la Nueva y eterna Alianza, Cristo Jesús; al tomar la naturaleza humana, introdujo en este exilio terrestre aquel himno que se canta perpetuamente en las moradas celestiales. El mismo une a sí la comunidad entera de los hombres y la asocia al canto de este divino himno de alabanza. Porque esta función sacerdotal se prolonga a través de su Iglesia, que sin cesar alaba al Señor e intercede por la salvación de todo el mundo, no sólo celebrando la Eucaristía, sino también...
Página 149 - Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí.
Página 63 - En efecto, la liturgia, por cuyo medio 'se ejerce la obra de nuestra redención', sobre todo en el divino sacrificio de la Eucaristía, contribuye en sumo grado a que los fieles expresen en su vida, y manifiesten a los demás, el misterio de Cristo y la naturaleza auténtica de la verdadera Iglesia.
Página 63 - Es característico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina; y todo esto de suerte que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos.
Página 83 - Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo.
Página 46 - ... diligentemente en la edificación e incremento de todo el Cuerpo Místico de Cristo, para bien de las Iglesias particulares.
Página 97 - Las Laudes matutinas están dirigidas y ordenadas a santificar la mañana. Además, esta Hora, que se tiene con la primera luz del día. trae a la memoria el recuerdo de la Resurrección del Señor Jesús, que es la luz verdadera que ilumina a todos los hombres (Cf Jn 1, 9) y "el sol de justicia" (Ml 3, 20), "que nace de lo alto

Información bibliográfica