España pintoresca

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Ginn, 1917 - 332 páginas
 

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Pasajes populares

Página 77 - Palmas de Belén que mueven airados los furiosos vientos que suenan tanto, no le hagáis ruido, corred más paso; que se duerme mi niño, tened los ramos. El niño divino, que está cansado, de llorar en la tierra, por su descanso, sosegar quiere un poco del tierno llanto; que se duerme mi niño, tened los ramos.
Página 9 - Nada te turbe, Nada te espante, Todo se pasa; Dios no se muda, La paciencia Todo lo alcanza; Quien a Dios tiene Nada le falta: Sólo Dios basta.
Página 51 - Vente con nosotros. Vio el niño a los ángeles de su cuna en torno, y agitando los brazos les dijo: Me voy con vosotros. Batieron los ángeles sus alas de oro, suspendieron al niño en sus brazos, y se fueron todos. De la aurora pálida la luz fugitiva, alumbró a la mañana siguiente la cuna vacía.
Página 77 - Pues andáis en las palmas, ángeles santos, «que se duerme mi niño, tened los ramos». Palmas de Belén, que mueven airados los furiosos vientos, que suenan tanto, no le hagáis ruido, corred más paso, «que se duerme mi niño, tened los ramos».
Página 139 - ... yo he de quebrarte la espada como una espiga tronchada por tu caballo alazán! Dueña mía, dueña mía, no me digas si te oía, que estaba mi fantasía riñéndose con mi afán; para tu gloria y la mía, por tu nombre y mi hidalguía, con su tercio, en este día, va a Flandes tu capitán. No me hables, dueña, de olvidos, que embargados mis sentidos de tus hermosuras van, y hollados y escarnecidos, he de traerte, rendidos, diez corazones heridos, en el arzón suspendidos de mi caballo alazán.
Página 54 - ... incendiada de sol, partía una estrecha callejuela húmeda y sinuosa llena de sombra violácea. En algunas partes, ante las suntuosas fachadas de los viejos caserones solariegos, Quintín se detenía. En el fondo del ancho zaguán, la cancela destacaba sus labrados y flores de hierro sobre la claridad brillante de un patio espléndido, de sueño, con arcos en derredor y jardineras colgadas desde el techo de los corredores, y en medio, de una taza de mármol, un surtidor de agua cristalina se...
Página 241 - He is gone on the mountain, He is lost to the forest, Like a summer-dried fountain, When our need was the sorest. The font reappearing, From the rain-drops shall borrow, But to us comes no cheering, To Duncan no morrow ! The hand of the reaper Takes the ears that are hoary, But the voice of the weeper Wails manhood in glory. The autumn winds rushing Waft...
Página 137 - Señor capitán el de la torcida espada, de la capa colorada y el buen caballo alazán: si fuera de empresa mía, si mi honor no se oponía, si diera a mi fantasía rienda suelta en este día, ya que partes, capitán, ¡contigo me partiría, ya la grupa montaría de tu caballo alazán!...
Página 245 - ... aqua fortis, not wanting in genius. He studied at Rome, and returning to Spain executed frescoes, with little success, in churches at Madrid and elsewhere. He became " pintor de cámara," or court painter, to the weak Charles IV. and vicious Ferdinand VII. In numerous portraits of these kings and of members of the Spanish Bourbon family he made them, perhaps with deliberate malice — for in politics he was an ardent liberal — even more hideous than they were. His large picture of Charles IV....
Página 54 - En las plazoletas, las casas blancas de persianas verdes, con sus aleros sombreados por trazos de pintura azul, sus aristas torcidas y bombeadas por la cal, centelleaban y refulgían; y al lado de una plazuela de éstas, incendiada de sol, partía una estrecha callejuela húmeda y sinuosa llena de sombra violácea.

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