Episodios nacionales, Volumen 10

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Obras de P. Galdós, 1903

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Página 397 - No me atrevo a deciros que me imitéis, pues sería inmodestia; pero si sois jóvenes, si os halláis postergados por la fortuna: si encontráis ante vuestros ojos montañas escarpadas, inaccesibles alturas, y no tenéis escalas ni cuerdas, pero sí manos vigorosas; si os halláis imposibilitados para realizar en el mundo los generosos impulsos del pensamiento y las leyes del corazón, acordaos de Gabriel Araceli, que nació sin nada y lo tuvo todo.
Página 392 - ... su hija- sin saber cómo me recibirá Dios. Me presentaré con mi carga de culpas y con mi carga de desgracias, tan grandes la una y la otra, que ignoro cuál será de más peso... Mi pecho ha respirado venganza y aborrecimiento por mucho tiempo... He creído demasiado en las justicias de la Tierra; he desconfiado de la Providencia; he querido conquistar con el terror y la fuerza lo que a mi entender me pertenecía; he tenido más fe en la maldad que en la virtud de los hombres; he visto en Dios...
Página 395 - Dios me ha dado lo que da a todos cuando lo piden buscándolo, y lo buscan sin dejar de pedirlo. Soy hombre práctico en la vida y religioso en mi conciencia. La vida fue mi escuela, y la desgracia, mi maestra. Todo lo aprendí y todo lo tuve.
Página 112 - Cervantes en el Licenciado Vidriera , donde dice sencillamente : De los hombres se hacen los obispos. En el Quijote de Avellaneda hallamos otro proverbio tan democrático como el anterior , que dice , Aunque negras, no tiznamos, y además el siguiente que raya ya en demagógico: Tan bueno es como el Rey y el Papa el que no tiene capa.
Página 396 - Mi suegra seguía escribiendo para aumentar por diversos modos nuestro bienestar, y con esto y un trabajo incesante, y el orden admirable que mi mujer estableció en mi casa (porque mi mujer tenía la manía del orden, como mi suegra la de las cartas), adquirí lo que llamaban los...
Página 9 - Las gentes desvalidas se disputan con ferocidad un troncho de col y las sobras de aquellos pocos que tienen todavía en su casa mesa con manteles. Es imposible salir a la calle, porque los espectáculos que se ofrecen a cada momento a la vista causan horror y desconfianza de la Providencia infinita. Vense...
Página 39 - Di aquel día mis lecciones más contento que nunca; asistí como fámulo á los pobres de la enfermería, y por la tarde, tomando el segundo tomo de Los nombres de Cristo, por el maestro Fr. Luis de León...
Página 236 - Estábamos como a doscientos pasos de las primeras casas de la infortunada aldea, cuando una figura extraña, hermosa, una agraciada obra de la fantasía, una gentil persona, tan distinta de las comunes imágenes terrestres como lo son de la vulgar vida las admirables creaciones de la poesía del Norte; una mujer ideal...
Página 381 - Madrid con mi marido. Te entretendrás en fundar una gran logia y en leer libros de revoluciones y guillotinas, para que acabes de volverte loco, como Don Quijote con los de caballerías. Diciendo esto, abrazó al anciano y se dejó besar por él. -¡Adiós, adiós! -repitió ella-; puesto que no nos hemos de ver más, despidámonos bien. -Picarona -dijo él estrechándola amorosamente contra su pecho y sentándola sobre sus rodillas-. ¿Piensas...
Página 14 - José I, conocido aquí por el Tuerto o por Pepe Botellas, es una persona amable, discreta, tolerante, de buenas costumbres, y que no desea más que el bien, me tendrían por loca, o quizás por vendida a los franceses.

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