El sentido religioso

Portada
Encuentro, 1 ene 1981 - 100 páginas
En la segunda mitad de los años cincuenta, un joven profesor italiano de Teología, que abandonó la enseñanza en el Seminario para dedicarse a trabajar con los jóvenes, impartía en los liceos milaneses clases de religión que fueron recogidas y transcritas por muchos alumnos. De esta forma aquellas lecciones vinieron a ser propuesta de una posible experiencia del cristianismo. El punto de partida era la búsqueda de la experiencia más profunda del hombre. En la sociedad italiana, enloquecida por la gran expansión capitalista de postguerra, el joven sacerdote ponía en cuestión ciertos valores en boga y suscitaba una atención nueva sobre las exigencias fundamentales de la persona. Varios años antes del Concilio el cristianismo volvía a ser una propuesta de vida comunitaria, experimentable día a día. En el año 1966, cuando el movimiento de cristianos iniciado por don Giussani había visto ya nacer muchas comunidades en Italia, suscitado interés, adhesión apasionada y polémicas, se decidió recoger en un librito lo esencial de las lecciones impartidas por él en las escuelas de Milán. Así fue como nació esta primera versión de El sentido religioso.

Dentro del libro

Páginas seleccionadas

Índice

Sección 1
3
Sección 2
5
Sección 3
7
Sección 4
23
Sección 5
25
Sección 6
29
Sección 7
31
Sección 8
39
Sección 10
52
Sección 11
57
Sección 12
67
Sección 13
72
Sección 14
75
Sección 15
81
Sección 16
95
Página de créditos

Sección 9
45

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 75 - Con Cristo estoy crucificado y vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mí...
Página 85 - Que todos sean uno, como tú Padre en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Página 73 - Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. 14Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
Página 77 - Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer...
Página 77 - La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama ¡Abbá, Padre!
Página 69 - Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49 Respondió Natanael, y díjole: Rabbí, 'tú eres el Hijo de Dios; tú eres '"el Rey de Israel.
Página 67 - De una manera fragmentaria y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo...
Página 73 - No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros...
Página 58 - Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré.

Referencias a este libro

Información bibliográfica