Crisalidas ...: (poesías)

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Imp. y Lit. de J. Fajardo, 1914 - 200 páginas

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Página 15 - MI PATRIA Filipinas es un nido formado de hermosas flores; es un idilio de amores sobre un mar embravecido; es el delirio querido que mi cerebro obsesiona; es la impávida matrona que, heredera de titanes, tiene por solio volcanes y centellas por corona.
Página 93 - ... sonrisas. Abierta a los claros de luna, al suave perfume de mayo, al lloro del niño en la cuna y al viejo que tiembla en desmayo. No cierres tu puerta. ¿No sabes que cruzan el largo camino mil sombras, mil vidas, mil aves que ignoran su obscuro destino? Tu mano, que abrió las entrañas del suelo y halló un gran tesoro, arroje las llaves extrañas que cierran tus puertas al lloro.
Página 32 - ... volcánico desgarra, lo da bajo el ramaje florecido con su música agreste la cigarra. El espacio es cristal; fulge y ondula cual la cuerda de un arpa estremecida, y mientras más el término se azula, más bellos son los sueños de la vida. ¡Soñar! . . ¡vivir! . . Soñar bajo las cañasy vivir á su sombra eternamente, sin sentir esas penas tan extrañas que ensombrecen el alma lentamente.
Página 21 - Tú eres hoy la sirena del mar malayo, el hada rozagante que endechas quiere y vive de los astros al niveo rayo, cantando su amor puro que nunca muere. ¡Escúchame! En las rimas del bardo errante flamea el sacro fuego del sol de Oriente; deja que al son del arpa tu nombre cante, porque beses siquiera su mustia frente. Sobre un lecho, adormida, de...
Página 21 - El Renacimiento», diario filipino, nacionalista, escrito en castellano. Usó el pseudónimo Belisario Rosas, En 1907 fué elegido diputado. Últimamente era secretario del Senado. Es correspondiente de la Real Academia Española. A FILIPINAS Virgen de la Malasia, ramo de flores que argentan con su espuma los roncos mares: tuyos son mis suspiros y mis amores, tuyo el' ritmo tembloso de mis cantares.
Página 22 - ... de piedras finas, te arrullan de los bosques las auras suaves; velan tus sueños de oro castas ondinas, te murmuran mil trovas parleras aves. Palpita en tus entrañas, arde en tu suelo la áurea y candente lava de los volcanes; sierpes de escamas ígneas hienden tu cielo cuando ruedan crujiendo los huracanes. Ondulando en el éter, sobre los campos, despliega la neblina su blanco tul, y la apolínea antorcha, con vivos lampos, arrebola del cielo la veste azul. En la cúspide esbelta de las...
Página 20 - Su firmeza arde en todas las aliñas filipinas, ya ra ciñan de flores o de espinas, y satura de fe nuestra cabeza, ¿Y qué brazo mejor que el brazo hermano para sostén de la bandera santa? Ese la salvaría del pantano, como la salva ahora y la levanta. \ Alcémosla...
Página 23 - Asidas de la mano, suelto el cabello, cruzan nuestras praderas siempre inmarchitas, ostentando en su grácil, flexible cuello, perfumados collares de Sampaguitas. Y en la paz de los bosques, en donde vuela el...
Página 39 - Por tí, todo: por la gloria de tu esencia, por tus hojas que alcatifan nuestra ruta, por tu sombra, donde es buena la existencia y pensamos que no es todo fuerza bruta. Danos siempre con tu olor de primavera •un anhelo de ser libres como el viento, que...
Página 21 - Sobre un lecho adormida de perlas finas te arrullan de los bosques las auras suaves, velan tus sueños de oro castas ondinas, te murmuran mil trovas parleras aves. Palpita en tus entrañas, arde en tu suelo la áurea y candente lava de los volcanes; sierpes de escamas ígneas hienden tu cielo cuando ruedan mugiendo los huracanes.

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