Cazadores en una calle angosta

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Huerga Y Fierro Editores, 1998 - 266 páginas
El Bagdad de finales de los años cuarenta constituye el marco especial de esta novela, de corte progresista y crítico. La acción se desarrolla durante un espacio temporal limitado -concretamente el comprendido entre el primero de octubre de 1948 y los nueve meses siguientes- aunque extraordinariamente significativo por ser el preludio de la revolución de 1958, periodo de gran agitación política, represión y cambios que el autor intuye y plasma a través de sus variados personajes, a los que carga de contradicciones y complicaciones, así como de profundos pensamientos y sentimientos apasionados. El autor emplea un estilo ágil, prestando especial atención al ritmo, elemento que en su opinión juega un papel predominante en todas las artes. Para controlar el ritmo narrativo utiliza varios recursos, como la alternancia de descripciones con diálogos, la introducción de poemas, cartas o sucesos inesperados que aceleran el ritmo de la narración y precipitan el desenlace. A ello hay que añadir las secuencias de imágenes móviles y estáticas, el movimiento temporal y la combinación de los puntos de vista para crear un ritmo polifónico.

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Presentación
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