La silva curiosa

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A. Gomez Fuentenebro, 1878 - 296 páginas
 

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Página 65 - Sin mugeres Careciera de placeres Este mundo y de alegría ; Y fuera como seria La feria sin mercaderes. Desabrida Fuera sin ellas la vida , Un pueblo de confusion, Un cuerpo sin corazon , Un alma que anda perdida Por el viento ; Razon sin entendimiento , Arbol sin fruto ni flor , Fusta sin gobernador , Y casa sin fundamento. ¿ Qué valemos , Qué somos, qué merecemos Si la...
Página 160 - En fin, avenidos que fueron, dijo el ladrón: — Querría, señor, probarla en alguno. En esto el clérigo se había despedido del hombre con quien hablaba, y venía la calle abajo, al cual dijo el ladrón: — Reverendo, háganos tan señalada merced de entrar aquí, por cortesía, a probarse esta casulla. Entrando el clérigo, dejó el saquillo encima de su manteo, y puesta la casulla, dijo el ladrón: — Vuélvase de espaldas, por ver cómo asienta.
Página 153 - Eran dos amigos, el uno tejedor, y el otro sastre: vinieron por tiempo á ser enemigos, de tal manera que el sastre decia en ausencia del tejedor mucho mal, y el tejedor mucho bien en ausencia del sastre. Visto por una señora lo que pasaba, preguntó al tejedor qué era la causa que decía bien del sastre, diciendo él otro tanto mal del. Respondió : «señora, porque mintamos entrambos á dos.
Página 136 - ... lumbre y gloria del día, no sin astucia y arte, de su dichoso albergue alegre parte. Pisada del gentil blanco pie, crece la yerba y nace en monte, en valle o [llano, cualquier planta que toca con la mano cualquier árbol florece.
Página 17 - A los compases que trae p^r devisa el duque d'Alua El compasar es medir, el medir es nivelar, nivelar es igualar, igualar es no reñir, no reñir es discreción, discreción es gran cordura, gran cordura es perfectión, perfectión es ell altura .
Página 150 - Señores , yo llamado tus señorías , has de saber que blanca no tienes : ya te acuerdas que por colgar hombre el otro...
Página 152 - Un padre envió su hijo á Salamanca á estudiar; mandóle que comiese de las cosas »más baratas. Y el mozo en llegando, preguntó cuánto valía una vaca: dijéronle que » diez ducados, y que una perdiz valía un real. Dijo 61 entonces: según eso, perdices me » manda mi padre que coma
Página 137 - Rayos, oro, marfil, sol, lazos, vida de mi vida y mi alma y de mis ojos pura frente, que estás de mis despojos más preciosos ceñida; ébano, nieve, púrpura y jazmines, ámbar, perlas, rubines: tanto vivo y respiro, cuanto sin miedo y sobresalto os miro.
Página 168 - ... un astrólogo el más famoso de aquella tierra; el cual halló por su sciencia que el mozo era amenazado y corría un grandísimo peligro, en el año siguiente, de recibir muerte por una fiera cruel, la cual él nombró y (pasando los límites de su arte) dijo sería un...
Página 65 - Su consuelo Tan cierto, tan sin recelo En nuestras adversidades, Trabajos y enfermedades Tenemos en este suelo. De ellas mana Cuanto bien el hombre gana, Y ellas son la gloria de ello, La guarda, firmeza y sello De nuestra natura humana.

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