Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Volumen 1

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Página 46 - Y respondieron dos dellos, que el uno era principal y el otro papa, que son como sacerdotes que tienen cargo de los ídolos...
Página 153 - ... en ello no hubiese estorbo, dieron de noche a la niña doña Marina a unos indios de Xicalango, porque no fuese vista, y echaron fama que se había muerto. Y en aquella sazón murió una hija de una india esclava suya y publicaron que era la heredera; por manera que los de Xicalango la dieron a los de Tabasco, y los de Tabasco a Cortés.
Página 22 - Digo que tanta sed pasamos, que las lenguas y bocas teníamos hechas grietas de la secura, pues otra cosa ninguna para refrigerios no lo había. ¡ Oh qué cosa tan trabajosa es ir a descubrir tierras nuevas, y de la manera que nosotros nos aventuramos ! No se puede ponderar, sino los que han pasado por aquestos excesivos trabajos.
Página 164 - ... muchas piezas de oro de tigres y leones y monos; y diez collares hechos de una hechura muy prima, y otros pinjantes; y doce flechas y un arco con su cuerda, y dos varas como de justicia, de largor de cinco palmos; y todo esto que he dicho de oro muy fino y de obra vaciadizo.
Página 155 - Dios la había hecho mucha merced en quitarla de adorar ídolos ahora y ser cristiana, y tener un hijo de su amo y señor Cortés, y ser casada con un caballero como era su marido Juan Jaramillo; que aunque la hicieran cacica de todas cuantas provincias había en la Nueva España, no lo sería, que en más tenía servir a su marido ya Cortés que cuanto en el mundo hay.
Página 153 - Marina, cómo desde su niñez fue gran señora de pueblos y vasallos, y es desta manera: que su padre y su madre eran señores y caciques de un pueblo que se dice Painala, y tenía otros pueblos sujetos a él, obra de ocho leguas de la villa de Guazacualco...
Página 263 - ... y así, se quedó sin poner la cruz. Dejemos esto y de las santas amonestaciones que les hacíamos, y digamos que como llevávamos un lebrel de muy gran cuerpo, que era de Francisco de Lugo, y ladraba mucho de noche, parece ser preguntaban aquellos caciques del pueblo a los amigos que traíamos de Cempoal que si era tigre o león, o cosa con que mataban los indios; y respondieron: «Tráenle para que cuando alguno los enoja los mate.
Página 343 - ... quien no se lo da de grado, y que todas las riquezas de la tierra están en su poder; y luego contaron del gran servicio de su casa, que era para nunca acabar si lo hubiese...
Página 37 - Lucayos, y con mal tiempo dió al través en aquella costa, cerca del río y puerto que he dicho que se llama Matanzas, y venían en el navio sobre treinta personas españoles y dos mujeres; y para pasallos aquel...
Página 79 - Hermanos, sigamos la señal de la santa cruz con fe verdadera, que con ella venceremos...

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